El escenario más reconocible de Perú es accesible a pie por varias rutas. Entre las más desconocidas y aventureras, está la Ruta Salkantay, toda una alternativa al famoso Camino Inca.
Publicidad
Miles de viajeros ponen rumbo al Machu Picchu, la montaña vieja de los incas, a través del Camino Inca, una caminata en la que se emplean entre dos y cuatro días y que arranca del km 82 de la vía férrea Cusco – Aguas Calientes, desde donde parte el recorrido a pie, que dura entre dos y cuatro días, dependiendo del estado físico de los senderistas. Una alternativa más novedosa es seguir la Ruta Salkantay, un itinerario formado por diversos caminos que pasan junto a la montaña Salkantay, algunos de ellos conectados con el Camino Inca Clásico y que llegan hasta el poblado de Machu Picchu Aguas Calientes, a los pies de la ciudadela de Machu Picchu.
Esta ruta -que toma el nombre de la montaña Salkantay, de 6.271 metros de altura, y que en quechua quiere decir montaña salvaje y que tiene, además, para los quechuas la consideración de “apu” -señor-, que es como definen a las grandes montañas que significan algo sagrado por encima de los valles. La ruta dura alrededor de cinco días, y arranca cerca del pueblo de Mollepata, a 2.900 metros de altitud. El primer día se atraviesan las comunidades andinas de Cruzpata, Challacancha y Soraypampa -que suele ser el lugar de fin de la etapa-, y permite disfrutar de las magníficas vistas del nevado Salkantay y del valle verde del Río Apurimac. Soraypampa suele ser el punto en el que se ubica el campamento al finalizar la jornada. En el segundo día, se comienza con un ascenso de tres horas para llegar el paso de Apacheta, a 4.590 metros, desde donde se puede contemplar los Andes en todo su esplendor: las montañas Salkantay, Humantay y Huayanay. A continuación, tras unas cinco horas de descenso, se llega a Rayan-Niyoc o Chaullay, donde se acampa para la noche.
La ruta continua el tercer día con dirección a Uscamayuc, donde está al nicho del bosque de las nubes conocido como la “Ceja de la Selva”. Esta selva alta destaca por la riqueza de especies, como la orquídea, o animales como el oso de anteojos (Tremarctos Ornatus) que pueden ser divisados por los excursionistas. A la mañana siguente, la ruta lleva al pueblo de Lucmabamba para dirigirse posteriormente al sitio arqueológico inca de Llactapata, a una altitud de 2.740 metros. Este momento es uno de los más especiales de la ruta: desde Llactapata se tiene la primera vista de Machu Picchu. Hay una conexión especial entre ambos lugares. Ambos fueron descubiertos y estudiados por el legendario Hiram Bingham, en 1912, y se cree que, al igual que Machu Picchu, Llactapata podría haber sido un centro sagrado: ahí están para sostener la teoría un templo solar, muy similar al que hay en Qoricancha (Cusco). El último tramo del viaje, desde Llactapata tiene como destino el pueblo de Aguas Calientes o incluso, si se toma el tren, Machu Picchu, donde pasarían la noche. El quinto día es el día más especial: el de la llegada a Machu Picchu, que, además de ser Patrimonio Natural y Cultural de la Humanidad por su impresionante arquitectura inca, es un santuari natural, uno de los lugares con mayor biodiversidad de Perú, ya que es hogar de una gran variedad de flora y fauna endémica, sirviendo de refugio para especies en peligro de extinción.
Para realizar tanto el Camino Inca como la Ruta Salkantay es necesario hacer la reserva con los tour operadores autorizados y que cumplen con ciertos requisitos básicos como poseer guías profesionales, equipo de campamento en buenas condiciones, equipos de radiocomunicaciones y primeros auxilios (incluyendo oxígeno). ¡Buen viaje!
Publicidad
Regístrate y recibe nuestra newsletter
ÚNETE AHORA ÚNETE AHORALa función MIS FAVORITOS sólo está disponible para usuarios registrados. Accede a tu usuario o crea tu cuenta gratuita.
acceder área privada
0 Comentarios