Comer en Bilbao es una experiencia única y realmente deliciosa. En esta ciudad vasca abundan manjares como pescados y mariscos del cantábrico, y carnes de montaña, así como platos originales de esta región. El turista debería probar las rabas, la porrusalda, el marmitako, la txistorra, la merluza salsa verde o el bacalao pil pil, sin olvidar, por supuesto, la magia de los pintxos, cada vez más elaborados. Estos son algunos de los mejores sitios donde comer en Bilbao.
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Es el restaurante más antiguo de Bilbao, con más de 60 años de historia. Es un local de renombre y una cita obligatoria para todo turista que se disponga a comer en Bilbao. En las 6 décadas que llevan abiertos, han atesorado suficiente experiencia para sorprenderte con varias recetas originales. No dejes de saborear las delicias de verduras con hígado de oca, la degustación de bacalao a las 4 salsas y los lomos de merluza con cocochas y almejas.
Situado muy cerca del Museo Guggenheim, frente a la escultura “Mama” de la artista Louise Bourgois, este restaurante tiene una estrella michelín y varios premios internacionales. Cada año en Nerua realizan tres cambios de carta, de acuerdo con las estaciones del año, para garantizar la calidad de los productos. La cocina de Josean Alija es uno de los mejores lugares donde comer en Bilbao.
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Dirigido por el chef Ricardo Pérez y el jefe de cocina Borja Etxebarria, Yandiola reúne en sus platos los mejores ingredientes del mar y de la tierra, con la excelencia como objetivo. Su característica con los platos clásicos con un espíritu renovado. Es otro de los mejores lugares donde comer en Bilbao.
Situado en el Gran Hotel Domine, presenta un nuevo concepto de la gastronomía vasca, donde el producto local es prioritario, aunque lleve un toque internacional. La propuesta de su chef Abel Corral te sorprenderá con sus sabores y texturas. Ubicado frente al Museo Guggenheim, posee una bella decoración en piedra y madera. Es otro de los sitios más interesantes donde comer en Bilbao.
Está en el corazón de la ciudad vasca y es muy íntimo: solo caben 25 comensales por servicio, de los cuales únicamente ocho tienen el privilegio de sentarse en su famosa barra de roble. La especialidad de Mina son los platos de temporada, preparados con cariño y creatividad.
Este restaurante tiene la friolera de cuatro estrellas Michelin, 3 del Azurmendi en Larrabetzu, y una nueva en su nuevo espacio gastronómico, Eneko. Ambos restaurantes se encuentran en el mismo espacio. En su segundo restaurante, Eneko vuelve a los orígenes y propone un menú cocinado en directo.
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