Los chiringuitos son patrimonio de nuestras entretelas. Que no se los toque porque arañamos. Y qué decir de los de Cádiz. Pues que son tan necesarios como la misma luz que da nombre a su costa, tal vez nuestra favorita para un verano tan comilón como fiestero. Exclusivos, algo pijos, tirados, un poco hippies, divertidos, gourmet, musicales, con vistas a un atardecer perfecto… Estos son nuestros 10 mejores chiringuitos de playa en Cádiz.
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Todo en uno. Habitaciones y bungalós, apartamentos, restaurante de carnes a la brasa y recetas de fusión, música en directo, bodas playeras. Hablamos del estandarte más festivo de Playa de Zahora, un lugar que recibe toda la onda expansiva de Barbate y alrededores. A veces la estampa de Sajorami, de tan idílica y con sus palmeras, no parece ni España.
Asentado en otra playa infinita como es La Barrosa, el chiringuito de madera depara restaurante de esencia mediterránea, barra de bebidas a golpe de ola y camas balinesas y hamacas para que todo quede en casa. También con música en vivo.
Hay que montárselo muy mal para no comer bien en Cádiz. Más teniendo chiringuitos como éste, que es uno de los mejores chiringuitos de playa de Cádiz. Es un fenomenal restaurante especializado en pescaito frito y ejemplares de lonja. En la playa homónima y con el cabo Roche a un palmo, Pedro y Antonio Pérez Rubio mantienen la estirpe familiar. Atún de Almadraba y puesta de sol, un plan a prueba de bombas.
Con vistas a la duna más famosa de este litoral, este chiringuito sencillo a modo de palapa parece diseñado para darse a la hidratación tras una jornada de windsurf o a la contemplación de la puesta de sol. A veces no se necesita mucho más. Una cabaña amiga. Un gintónic. Una barbacoa.
Se trata de un chiringuito que se siente a distancia. Porque de él nos llega con tiempo sus acordes flamencos y su ruidoso buen rollo, aislado en mitad de esta playa que llega hasta Atlanterra. Sus conciertos son celebrados en la zona, a base de mucho flamenquito y palmas con las que se vitorea la llegada del atardecer. En realidad, en La Luna se pierde el sentido del tiempo.
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Frente a Punta del Boquerón, este chiringo es una institución a un lado del puerto deportivo. Carlos Díaz sigue luciendo mostacho y dotes de anfitrión para que su gente no abandone la buena costumbre de pasárselo pirata en su peculiar sueño hecho templo del ronqueo y los conciertos al borde del agua.
Al otro lado de la carretera que atraviesa El Palmar de punta a punta, El Dorado es otro de los mejores chiringuitos de playa de Cádiz. Tiene su personal punto boho chic, colorido y con su jardín de pitas. Cuando cae la tarde, reina la fiesta, y se montan sesiones marchosas, sea a base de bongos o de mesa de mezclas. Y luego querrán que salgamos por la noche…
De nuevo en uno de los epicentros de ese Cádiz amistoso que mezcla brindis, pescaito, sol rojo y bailoteo, tímido al principio pero muy prometedor. Sostenido sobre pilotes, este chiringuito casi se mete en el agua con la silueta del faro de Trafalgar recortada en el horizonte. Completa oferta de bolos aflamencados. Un chute vitamínico de puro Caños.
Prohibido no sonreír. Este chiringuito se suele quedar pequeño para albergar una parroquia fiel que sueña con que los veranos realmente sean eternos. Acristalado en su caseta de buen picoteo, el chiringuito baja hasta la arena de una playa que es espléndida. De noche, las actuaciones en directo son de lo más sudorosas.
De esos lugares de colegueo que nunca pasan de moda, para encontrarte con los tuyos o ver desfilar famosetes de pasarela gaditana, los más musicales y catódicos de España. Es un clásico de los chiringuitos de la Costa de la Luz, para alternar un arroz con directos veraniegos en la arena.
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