Para muchos de nosotros, viajar en el avión es un verdadero tormento. Más si son viajes largos. Por eso, seguro que a todos nos gustaría poder pasarnos el vuelo entero dormiditos y al despertarnos, haber llegado ya a nuestro destino. Lo cierto es que muchos lo intentan pero pocos lo consiguen. Vamos a tratar de dar unos consejos que os pueden ayudar para lograr tan difícil objetivo.
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1. A ser posible, elige asiento.
Uno nunca puede elegir (desgraciadamente) que te toque al lado un niño llorón insoportable, pero si lo que vas a intentar es dormir en el vuelo que vas a realizar, intenta elegir a ser posible un asiento propicio. Si dispones de recursos económicos, obviamente decántate por una clase ‘business’, siempre estarás más a gusto que en una clase ‘turista’. Pero si no te queda otra que volar en la segunda, escoge un asiento de ventanilla para que nadie te esté molestando para salir al baño. También es importante elegir, si se puede, los horarios de los vuelos. Para dormir, lo mejor es volar de noche.
2. No te pongas un pijama, pero casi…
Si tienes claro que esas insufribles ocho horas las vas a pasar durmiendo, ponte ropa cómoda. No que vaya en pijama pero casi. Un chándal tal vez, ¿no? Desde luego unos vaqueros ajustados, no. Y con el calzado lo mismo. Incluso si puedes descalzarte una vez que ya estás sentado, irás mucho más cómodo y te ayudará a descansar.
3. Los accesorios.
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Mantita, almohada, tapones y antifaz. Son ‘los 4 fantásticos’ de todo vuelo. Sobre todo en la almohada merece la pena que inviertas algo de dinero. Muchas compañías ponen para vuelos largos pero desde luego no te van a poner la mejor del mercado. Ah, la manta importante porque en los aviones al final sueles pasar frío. ¡No te cojas un resfriado en el avión que arruine tus vacaciones! También te puedes poner la mantita sobre la cabeza, como el señor de la foto.
4. Ayuda artificial.
Si eres de los que les cuesta dormir, siempre puedes ayudarte de la química (legal). Fijémonos en Alaska (Olvido Gara, no el estado de EEUU), que siempre que vuela se toma algo, no sabemos qué, que la deja dormidita como un tronco. Si vas a hacer un viaje largo, siempre puedes preguntarle antes al médico, ellos son los que más saben. Y si no, al farmacéutico. En tu botica seguro que encuentras algo sin receta que te ayude a conciliar el sueño.
5. También vale algo de música de relax.
Podemos sustituir los tapones de los oídos por algo de música relajante que además de dejarte grogui, te ayude a aislar los ruidos de tu alrededor. Asegúrate que llevas la batería de tu reproductor a tope de power.
6. Prueba a leer algo.
Hay mucha gente también que en su casa está acostumbrada a leer antes de irse a dormir. Una práctica que puede llegar a ser relajante y a provocar sueño. Y si tu cuerpo ya lo identifica con la hora de irse a dormir, seguro que lo tienes un poco más fácil.
7. Crea ‘ambiente’.
Intenta apagar las luces de arriba y baja la persianita con el objetivo que no haya mucha luz y claridad a tu alrededor. Y si puedes y tu compañero del asiento de detrás no te mata por ello, reclina el tuyo lo máximo posible. Seguramente el que va delante de ti también lo hará. Esto es así, es una cadena.
8. Bien comido e hidratado.
Ya sabemos que recién comido y cenado nos entra algo de sueño, así que ya sabes lo que tienes que hacer. Además, si has comido antes, no tendrás que preocuparte de que pasen con el carrito a llevarte la comida. Hidrátate antes bien, y no te olvides de pasar por el baño justo antes de ponerte a dormir para que no te entren ganas y se te estropee el sueño.
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