¿No lo oléis? Huele ya a almíbar, huele a un San Valentín que se aproxima con su flecha recubierta de algodón rosa. Dentro de nada habrá que decir eso de que “el amor está en el aire” y todos masticaremos azúcar en el día más hiperglucémico del año. Para irnos previniendo, nos lanzamos a juntar en una misma lista a los hoteles más repollo del mundo, aquellos con las suites más cursis posibles. Es divertido, empalaga un poco, pero enseguida se pasa.
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1. Madonna Inn (California, Estados Unidos)
Abierto desde 1958, este motel de San Luis Obispo es uno de los hoteles temáticos favoritos de América. De la América más freak, se entiende. Su atmósfera de cursilería extrema y sus habitaciones imposibles son el sueño húmedo del interiorista más chiflado y desde hace tiempo el mejor decorado para reportajes fotográficos a todo color dignos del objetivo del fotógrafo David LaChapelle. Pero lo más curioso es que el nombre no se debe a la diva del pop sino al nombre de la mujer del primer propietario. Un delirio kitsch.
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2. Hotel Pelirocco (Brighton, Inglaterra)
Un hotel que se anuncia como “la parada más picante de Brighton” tiene que estar a la altura de las expectativas. En realidad es un hotel tematizado en el mundo del burlesque, el pop art y el rock and roll gamberro que organiza sus propios directos y atrae mucha diversión. Por lo tanto, y aunque el rosa sea omnipresente, aquí la cursilada adquiere tintes provocativos. Como en la suite The Kraken’s Lair, con su enorme cama redonda con espejo en el techo incluido, o en la suite Pin Up Parlour, dedicada a la bomba rubia Diana Dors y decorada toda en tonos dorados.
3. Cove Haven Entertainment Resorts (Pensilvania, Estados Unidos)
Cuando el exceso y el bad taste se convierte en algo premeditado surgen cosas como la de estos complejos turísticos para parejas de luna de miel en las montañas Pocono. Los nombres de los tres resorts son elocuentes: Cove Haven, Paradise Stream y Pocono Palace. El interior de los mismos, todo un viaje lisérgico a través del erotismo más extravagante. Mesas de masajes en el dormitorio, camas redondas, piscinas climatizadas con forma de corazón y, sobre todo, una bañera de hidromasaje entre columnas romanas con forma de ¡copa de champán gigante! Mucho más que hortera. Hasta las pistas de tenis son rosas.
4. Gran Sultanato di Abadi (Palermo, Italia)
Es el peligro de los hoteles temáticos: que no es fácil reproducir según qué cosas. Como por ejemplo el mundo suntuoso y de oropel de Las mil y una noches. Algo así le pasa a este B&B palermitano en cuanto el huésped se asoma a sus pretendidas suites de ensueño. Sobre todo a la Sultan Suite, un disparate que puede llegar a tener cierta gracia si se tiene buen humor y no se irrita uno ante la mezcla de colores chillones, ni ante los candelabros y los doseles de cartón piedra. No falta ni ese mastodonte de jacuzzi en mitad de la habitación…
5. 3.14 Cannes (Cannes, Francia)
El lío numérico alude, sin aparente relación con la temática hotelera, al número pi. El hotel, en el Cannes más glamouroso frente a la Croisette, se basta con sus cinco suites para mirar cada una a su aire a los cinco continentes. La dedicada al europeo se centra en el París de la belle époque y le sale algo tal vez demasiado empalagoso en su terciopelo rojo y sus cojines con forma de corazón. Hasta la piscina se pasa de fina…
6. Michelberger Hotel (Berlín, Alemania)
El rosa es el color de los hoteles cursis, pero el dorado no se queda atrás. En un guiño a la ostentación de algunos hoteles de puro lujo, este hotel del Berlín más alternativo se lo toma a coña y, entre su catálogo de habitaciones, se desmarca con The Golden Room, una habitación que recuerda al estilo aristocrático más opulento. O eso intenta, claro. Que no muera lo hipster.
7. Hotel Palms (Las Vegas, Estados Unidos)
Nuestro rutinario vuelo a Las Vegas. El que fuera sede de la suite Playboy –casi todo el emporio de Hugh Hefner ha visto reducido gran parte de sus activos alrededor del mundo- sigue siendo un hotel coloso en tragaperras y habitaciones a lo largo y ancho de sus tres torres. La que alberga las suites más de fantasía tiene en la Erotic Suite a su imagen más sexy pero un tanto hortera. Pieles lujosas, metales pulidos, cama giratoria con espejo en el techo, ducha abierta… Pero bueno, ¡una noche es una noche!
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