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5 pueblos con encanto de los Alpes Franceses

Megeve

Da igual la época del año en la que vayas: invierno, primavera, verano u otoño. Los Alpes franceses tienen encanto sea cuando sea, y sus pueblos lucen espléndidos en cualquier momento, cubiertos de nieve o con el calor estival. Ideal para ir un puente, te recomendamos que te cojas un coche de alquiler (o una bici, ¿por qué no?) y recorre en vivo todos esos paisajes de cuento que tantas veces has visto en la tele, por ejemplo durante las retransmisiones del Tour de Francia. Nosotros te vamos a recomendar 5 de esos pueblos alpinos con encanto.

1. Annecy.

Seguramente ya conozcas Annecy como uno de los pueblos más encantadores de los Alpes franceses, y tal vez, por su población (más de 50.000 habitantes) podríamos considerarlo ciudad. Pero no, nos vamos a quedar con su casco medieval y esa instantánea que tantas veces hemos visto en fotos y que es tan evocadora. Solo vamos a darte un dato más: Annecy es conocida como como ‘la Venecia de los Alpes’, así que poco más te podemos decir. bueno sí, que está muy cerquita de Ginebra, y que a la ciudad suiza hay vuelos muy asequibles.

Palacio de la isla, en Annecy, en los Alpes franceses. Kosala Bandara (Flickr).

2. Chamonix.

Nos encontramos con un caso muy parecido al de Annecy, y es que Chamonix ha crecido mucho gracias al turismo de invierno, de esquí, pero eso no quita para que el casco viejo sea encantador. Además, Chamonix es el pueblo más cercano al Mont Blanc, prácticamente está a sus pies. No dejes de visitar los glaciares de alrededor y las vistas espectaculares desde las pistas de esquí cercanas.

Río Arve a su paso por Chamonix. ptwo (Flickr).

3. Chinaillon.

No pienses que Chinaillon es el típico pueblo ‘absorvido’ por las pistas de esquí. No. Ha sabido conservar todo su patrimonio del siglo XVII y XVIII y además con ese toque rural que hace de este lugar uno de los pueblos más encantadores de los Alpes franceses.

Chinaillon, un pueblo con encanto en los Alpes franceses. Chris Maidlow (Flickr).

4. Sixt Fer a Cheval.

Solo os vamos a decir una cosa: la mayor parte de su término municipal está ocupado por una reserva natural, así que si te gusta la naturaleza, este pueblo alpino es ideal para ti porque en él podrás disfrutar del circo glaciar que lleva el mismo nombre del pueblo y una de las maravillas de la naturaleza europea, la cascada de la Rouget. Así que lo mejor es que te acerques hasta allí en época de deshielo, para que el agua desborde todos sus rincones.

espectacular cascada de la Rouget de casi mil metros de altura en Sixt Fer a Cheval. Jerome Bon (Flickr).

5. Megeve.

Estando tomando algo en la plaza de la iglesia de Megeve (en verano) jamás pensarías que esta población fue concebida a principios del siglo XX. Aún así, sus ‘padres’ la diseñaron y la ejecutaron tan bien que parece prácticamente de hace siglos.