Viajar en solitario no es cosa de solteros

La vacaciones de verano se encuentran a la vuelta de la esquina y muchos españoles no llegan a ponerse de acuerdo a la hora de organizar un viaje.

Cada vez hay más personas  independientes y esta cuestión afecta también a la hora de realizar un viaje. No importa el hecho de tener pareja, familia o amigos, la pregunta más frecuente que les surge es, << ¿y por qué no me voy yo solo?>>.  Una respuesta que se ha visto reflejada en las cifras que muestran que el sector de los viajes en solitario han experimentado un aumento en los últimos años y que según aseguran, va a ir en aumento.

Este desarrollo está ligado a una tendencia errónea por la que se cree que escaparse unos días en solitario, implica ser soltero y en busca de pareja cuando existen muchas más explicaciones y oportunidades para viajeros que se encuentren en cualquier situación.

Viajar con un grupo de desconocidos

Uno de los principales motivos por los que las personas deciden marcharse sin acompañante es la emoción que produce iniciar una aventura junto a un grupo desconocido de compañeros de viaje.

Existen experiencias para una media de entre ocho personas, sin importancia de perfiles, con los que compartir e intercambiar, además de diversos destinos, numerosas anécdotas.

Conocer gente durante los viajes en solitario es una de las ventajas (unsplash)

Visitar destinos únicos

Rutas y viajes que se salen de los destinos más demandados son también, los idóneos para este tipo de personas que buscan una desconexión en algún paradero desconocido donde poder acudir y visitar los lugares que más le apetezcan, en el momento en que le apetezcan.

Conocer gente por el camino, aprender idiomas o incluso intercambiar teléfonos y direcciones para volver a visitar y empaparse de la cultura del lugar con los propios residentes hará del destino una innovadora manera de volver a viajar.

Viajando solo puedes escoger el destino con el que siempre has soñado (unsplash)

Un perfil con el que cada vez más viajantes se sienten  identificados: personas cuyas vacaciones no coinciden con las de su pareja, matrimonios con hijos a quienes le es imposible viajar al mismo tiempo, parejas que no comparten los mismos gustos o solteros que buscan vivir nuevas experiencias. Sea como sea, viajar se ha convertido en una costumbre  que no impide las ganas de llevarlo a cabo ya sea solo, o acompañado.

 
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