Las medidas sanitarias se han extendido entre España y el resto de países para frenar el avance del Covid-19. Los aeropuertos son sitios de tránsito diario de personas de diferentes partes del mundo, precisamente por este motivo, son lugares tan peligrosos. En lugares como en China las medidas en los aeropuertos son mucho más estrictas que en España. Así lo evidencia el tuitero Nyscalo que narró cómo fue su viaje de regreso de Madrid a la ciudad de Shanghái, donde actualmente vive.
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Comenzaba relatando como había viajado a España para pasar unos días con sus familiares y de vuelta a Shanghái se había sorprendido por las medidas tan estrictas del aeropuerto de la ciudad comparadas con las españolas.
Vivo en Shanghái, China. En el país que ha logrado contener el virus y en donde la vida ha vuelto a la normalidad. Por razones familiares, he pasado unas semanas en Madrid.
ESTA ES LA VUELTA DE MI VUELTA A CHINA. Para alucinar.
DENTRO HILO. pic.twitter.com/CCgTRQb6wp— Nyscalo (@Nyscalo) November 9, 2020
En España, con 72 horas de antelación antes de volver a China, había que tenido que enviar su pasaporte y presentar una PCR negativa a la Embajada para poder viajar a Shanghái.
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Comenzamos en España donde, aparte del visado en regla, también necesitas presentar una PCR con resultado negativo hecho en las 72h previas al vuelo. Tienes que enviar el informe del test a la Embajada china, que te lo devolverá sellado vía email.
— Nyscalo (@Nyscalo) November 9, 2020
Una vez el avión aterrizó en la ciudad, el tuitero explica que tuvieron que esperar a que fueran desalojándolo poco a poco en pequeños grupos. Como vemos, todo el personal del aeropuerto está equipado completamente protegido con traje protector, capucha y escudo facial para evitar contagios.
Es solo el principio de la ODISEA. Ya en Shanghái, nos van sacando del avión en pequeños grupos; el desalojo puede durar hasta dos horas. pic.twitter.com/RHSp6KMDQJ
— Nyscalo (@Nyscalo) November 9, 2020
Cuando ya bajan del avión, en el aeropuerto le asignan un código QR para identificarle. A continuación, tienen que hacerse una segunda PCR. Se sienta, espera hasta que escanean su código QR y le hacen la prueba para ir a inmigración.
Después de coger la maleta, les dividen en grupos y viajan hasta el hotel que tienen asignado. Ellos mismos se tienen que costear la estancia en el hotel.
Se trata de hoteles especialmente acondicionados donde al llegar te dan un termómetro y unas pastillas de lejía para que disuelvas en las heces antes de tirar de la cadena. El mío era decente, pero solo eso. La comida pasable, aunque a lo largo de los días se hacía cuesta arriba. pic.twitter.com/t3nAu69Zqa
— Nyscalo (@Nyscalo) November 9, 2020
Estos hoteles están perfectamente acondicionados para la situación. Una vez llega al hotel, le dan un termómetro y unas pastillas de lejía para que las disuelvas en las heces al tirar de la cadena. A partir de ese momento, cada día a las 2 y a las 9 tiene que informar sobre tu temperatura a través del un código QR. No puede salir en ningún momento de su habitación, ni pedir comida que venga de restaurantes.
El control como comenta el tuitero es absoluto, de vez en cuando se pasaban por su puerta para que se tomara la temperatura correctamente delante de ellos. Después de varios días, le metieron un bastoncillo en la nariz y en la boca, de forma bastante ruda, para hacerle de nuevo la prueba.
De vez en cuando se pasan por tu puerta y te hacen tomarte la temperatura delante de ellos. El control es total. pic.twitter.com/UJEkMcWtep
— Nyscalo (@Nyscalo) November 9, 2020
Al vivir en Shanghái, solo paso una semana en el recinto. Tuvo la suerte de pasar el resto de la cuarentena en su casa. Aunque la seguridad y la vigilancia también le seguirían hasta su hogar. Como vemos, también se aseguraron de que cumpliera el confinamiento instalando un sensor y una cámara de seguridad en la puerta. El traslado fue en una furgoneta. Cuando llegan a su urbanización, dos policías le esperaban para leerle sus obligaciones, mientras uno de ellos grababa el proceso con una cámara.
Como resido en Shanghái, me han dejado pasar la segunda semana de cuarentena en casa. El día antes del traslado en furgoneta, mi mujer me llamó para decirme que acababan de instalar un sensor en la puerta y una cámara de seguridad. Comenzaba a sentirme como Al Capone. pic.twitter.com/lLwaOL5c3F
— Nyscalo (@Nyscalo) November 9, 2020
Estuvo en casa encerrado hasta el día 12 de confinamiento, donde le hicieron la última PCR que dio negativa y pudo volver a su vida normal.
Las diferencias con España son más que evidentes. Aquí en lugar de hacerse la PCR y pasar por todo un proceso de cuarentena durante varios días, solamente tuvo que rellenar un formulario en el aeropuerto de Barajas y pudo irse con su familia. ¿Son las medidas de China demasiado estrictas o son las nuestras demasiado permisivas?
Cuando a finales de septiembre hice el camino inverso, lo único que tuve que hacer al llegar a Barajas fue rellenar un formulario… a mano.
Diferencias… pic.twitter.com/jCNRRrIeaM
— Nyscalo (@Nyscalo) November 9, 2020
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