No le faltaba razón a Hemingway cuando dijo aquello de que “Si tienes bastante suerte como para haber vivido en París de joven, entonces, para toda tu vida, la llevarás contigo”. Y es que el encanto de esta ciudad eclipsa y atrae a partes iguales a todo el que la visita, y pocos momentos mejores que el próximo Puente de Diciembre para comprobarlo. ¡Te enamorarás de la Ciudad de la Luz, seguro!
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El imprescindible por excelencia de toda escapada a la Ciudad de la Luz, y que es su símbolo más universal. Si además de tomar los ascensores que te llevan a lo más alto de la torre para contemplar las vistas de la ciudad reservas un picnic en el almuerzo o una cena en el Restaurante 58 -situado en la primera planta-, la experiencia se convertirá en imborrable.
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Una de las catedrales góticas más antiguas y bellas del mundo, donde tuvo lugar la coronación de Napoleón Bonaparte, la beatificación de Juana de Arco o la coronación de Enrique VI de Inglaterra. Imprescindible subir hasta las torres de su fachada, donde vivió el mítico Jorobado de la novela de Víctor Hugo, y contemplar, además de las magníficas vistas, las gárgolas en piedra y que parecen estar vigilando la ciudad.
Contemplar los mejores museos y monumentos de París desde el agua es posible y casi inevitable si se visita la ciudad. ¿Hay algo más romántico que un paseo a las luz de las velas con champán incluido en los famosos Bateau-Mouches? ¡Creemos que no!
Dos kilómetros de una de las avenidas más famosas del mundo que conectan la Plaza de la Concordia con el Arco del Triunfo, y por las que pasear y descubrir jardínes, monumentos como el Petit Palais, el Grand Palais, o ir de compras por las numerosas tiendas, incluidas las más lujosas del planeta. Si se puede pedir más, en diciembre el espectacular alumbrado de Navidad la convierte en más mágica todavía.
En lo alto de la colina del muy bohemio barrio de Montmartre además de las vistas, se puede visitar uno de los lugares más sagrados de París, y cuyo exterior está siempre muy animado. Aunque para animado, la Place du Tertre, el corazón del barrio repleto de artistas dispuestos a vender su obra o hacerte un retrato en directo. Las pequeñas y empinadas callejuelas del barrio cuentan con numerosas brasseries y bistrots como el Café des 2 Moulins, famoso por ser escenario de la película Amélie.
La antigua residencia de los Reyes de Francia no es sólo el museo más importante del país, sino que sus nueve millones de visitantes al año lo convierten en el museo más visitado del mundo. 35.000 obras en 60.600 metros cuadrados donde caben desde antigüedades orientales, egipcias, griegas etruscas, romanas, esculturas y pinturas, algunas de las más importantes del mundo. Tómate tu tiempo, y no te vayas sin ver la obra más visitada: la Gioconda de Leonardo da Vinci.
Si eres amante de la pintura impresionista, ¡este es tu sitio! porque el antiguo edificio que ocupaba la estación ferroviaria de Orsay, construido en 1900 para la Exposición Universal, alberga la mayor colección de obras de arte impresionista del mundo desde Monet, Manet, Renoir, Rodin, Gaugin, Van Gogh y cualquiera que se te ocurra, porque no falta ni uno.
Punto de encuentro en el corazón de París, es algo más que el Museo de Arte Moderno más importante de Europa. Construido en 1977 con una arquitectura única e intemporal, alberga detrás de su red de tuberías multicolores 6 plantas dedicadas a la cultura y el arte donde cada año se celebran mas de 25 exposiciones, además de contar con un excelente programa de cine, teatro, música, danza, conferencias y coloquios.
Uno de los barrios de moda de París y uno de los imprescindibles si lo que se quiere es ir de compras. En el corazón, una de las plazas más bonitas de la ciudad, la Place des Vosgues, que además de ser la más antigua en el número 6 vivió Víctor Hugo. Bajo sus arcadas se encuentran galerías de arte y antigüedades, además de encantadores cafés, como el Ma Bourgogne, uno de los más famosos de París.
Una de las zonas más concurridas y animadas de París, repleta de bares y restaurantes con precios más que asequibles. Barrio de estudiantes -la Sorbona se encuentra aquí-, fue uno de los puntos de referencia durante la Revolución de Mayo del 68. Lo mejor es descubrir sus librerías de segunda mano paseando por sus calles, como la peatonal Rue Mouffetard, donde los domingos se celebra un mercado que no te puedes perder. ¡Buen Viaje!
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