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El icono de Ciudad del Cabo es una de las Siete Maravillas de la Naturaleza. Subiendo a su cima, no extraña el porqué.
Y es que Ciudad del Cabo es una de las ciudades de moda en el mundo, miembro de esos grandes escenarios urbanos que tienen ya, por derecho propio, un lugar destacado en nuestras fantasías viajeras. No es para menos: el escenario en que se ubica es de los más bellos del mundo. A los pies de la Table Mountain, entre dos océanos, rodeada de colinas de viñedos… y las mejores vistas de la ciudad -y casi del mundo- se tienen desde lo alto de la Table Mountain, recientemente nombrada como una de las Siete Maravillas Naturales del Mundo. Todo un icono urbano que recuerda a muchos al Pan de Azúcar de Río de Janeiro y que, como él, es un imprescindible cuando se viaja a Ciudad del Cabo.
Se puede ascender a su cima, a 1085 metros sobre el nivel del mar, caminando el sendero de los pioneros que fundaron la ciudad en el siglo XVII, el sendero Platteklip Gorge es una ascensión fácil pero que lleva tres horas desde la base hasta el punto más alto de la montaña, Maclear’s Bacon-, y hacerlo en teleférico es la mejor opción. El Table Mountain Cable Car emplea unos cinco minutos, sale cada cuarto de hora de la estación, en Taffelberg Road, y tiene capacidad para 65 pasajeros. El billete de ida y vuelta cuesta 205 rands. Más información en su página web, www.http://tablemountain.net
Más de 1500 especies vegetales, y numerosa fauna, hacen suya la montaña, que no por nada es Parque Nacional. Sus colinas arboladas y rutas escénicas son muy populares entre los habitantes de la ciudad para practicar senderismo, mountain bike o, simplemente, hacer pic-nic (las mejores zonas para ello están en el Newlands Forest). En el verano austral, subir a la cima para contemplar los atardeceres es algo muy popular: pero, aunque sea verano, no hay que olvidar llevar consigo una chaqueta o un jerséy -puede hacer mucho frío.
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Hay rutas para todos los gustos y capacidades. Las más sencillas, todas ellas perfectamente señalizadas, son la Dassie Walk, que ofrece espectaculares vistas del norte, el oeste y el sur, y que se recorre en un cuarto de hora; la Agama Walk, que regala vistas de 360º de la ciudad y de la península; y la más larga Klipspringer Walk, que conduce hasta el borde de la superficie de la cima y terminar por encima del Platteklip Gorge. Hay también una ruta acondicionada para sillas de ruedas, y otra que parte del Kirstenbosch National Botanical Garden, algo exigente. Si lo que se quiere es descubrir de un vistazo rápido la riqueza del parque, una buena opción es visitar la reserva natural Silvermine, donde los senderos son mucho más cortos y accesibles. Con todo, la excursión más popular y completa es la de los senderos Hoerikwaggo, que pueden durar hasta cinco días y que recorren una ruta preciosa entre Signal Hill y Cape Point. Se duerme en tiendas de campaña, y es el modo más completo de conocer a fondo el parque nacional de la montaña. Para aquellos menos deportistas, hay una recompensa en la cima: el Table Mountain Café, donde siempre hay cerveza bien fría con la que perder la vista ante el impresionante espectáculo de Ciudad del Cabo en toda su plenitud: Clifton, Sea Point, el paseo marítimo Waterfront, Table Bay, Robben Island -donde estuvo encarcelado durante más de veinte años Nelson Mandela-, el estadio Green Point, Cape Flats y las montañas que cierran la ciudad: Lion’s Head, Signal Hill y la espectacular Devil’s Peak. ¡Buen viaje!
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