El primer día de esquí es sin duda inolvidable por todo lo que conlleva: emociones a flor de piel, aprendizaje intensivo, superación, una buena dosis de miedo y, por supuesto, mucha diversión. Seguro que has pasado por más de una de estas situaciones o incluso te habrás sentido por momentos como Bridget Jones.
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1. Tener prisa por esquiar
Muchos os habréis puesto directamente los esquís creyendo que es así como se inicia. Craso error. Lo primero es conocer el terreno y familiarizarse con las botas de esquí, que no son precisamente fáciles de usar debido a su peso y a su rigidez. Es recomendable invertir un tiempo prudencial en caminar y saltar en la nieve con las botas puestas antes de colocarte encima de los esquís. En este proceso de adaptación a las botas, puedes servirte de los bastones como apoyo.
2. Apretar demasiado los ganchos de las botas
Es el típico error que comete todo principiante. Has oído decir que las botas deben ir bien ajustadas al pie y has apretado hasta hacerte daño. ¡Mucho ojo con eso! Si es cierto que hay que llevar las botas ajustadas, no debes apretar los ganchos excesivamente. Lo mejor es ajustarlos progresivamente, a medida que aprendes a moverte con confianza encima de los esquís. Las primeras clases acontecen en un terreno llano, entonces no hay peligro de caída.
3. Creer que puedes lanzarte desde la pista roja sin miedo
Siempre hay que empezar en la pistas de principiantes. No vale pensar que eres más listo que los otros. Si quieres aprender los movimientos de forma correcta y evitar futura lesiones o vicios, tienes que hacer el aprendizaje poco a poco. Tu cuerpo no está naturalmente acostumbrado a deslizarse por una ladera con una fuerte pendiente. Ya conocerás las pistas azules, rojas y negras cuando estés listo y hayas hecho todos los deberes.
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4. No atinar con la ropa
Es un clásico. Pasas frío o sudas como si estuvieses en una sauna hasta que entiendes qué ropa usar. Lo mejor es vestirte por capas. La primera debe aguantar la temperatura corporal y ser transpirable. Lo mejor es usar camisetas térmicas. Evita las camisetas de algodón, porque se empapan de sudor y te darán una sensación de frío. La segunda capa es el forro polar, mas ligero que un jersey de lana. Este tejido se ajusta al cuerpo y facilita el movimiento. La tercera capa es el Anorak, una prenda impermeable y resistente al agua, que te protegerá de la humedad si te caes al suelo. Lo ideal es que también sea transpirable.
5. Olvidar las gafas de sol o el protector solar
Siempre debe protegerte del sol y de las caídas. Si has olvidado las gafas una vez, sabrás lo incómodo que es dejar los ojos abiertos con el reflejo del sol en la nieve. Recuerda que las máscaras de esquí son las más indicadas con niebla o viento; además son más seguras en caso de impacto. También se te puede haber olvidado pasar la crema solar. En este caso, habrás acabado como un cangrejo. Otra cosa que deberías usar obligatoriamente es un casco, para proteger tu cabeza. Si te agobia, usa por lo menos un gorro para preservarte del frío y del sol.
6. Pelearte con tu pareja (si está intentando enseñarte)
Es otro clásico. Tu novio o tu mejor amigo se ofrece a enseñarte a esquiar y acabáis como el rosario del aurora. Muchas personas desisten para siempre después de esta experiencia. Si de verdad quieres aprender a esquiar, recorre a los servicios de un entrenador profesional, capaz de aplicar la pedagogía para ayudarte a superar el miedo y para motivarte. Tu técnica y tu paz familiar se verán muy beneficiados por esta sabia elección.
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