Pocos levadizos en el mundo han llegado a su nivel de fama. Icono fundamental de la ciudad de San Francisco, el Golden Gate es, probablemente, el más retratado entre los puentes del planeta, una celebrity de la ingeniería del siglo XX. Sus fotogénicos tirantes naranjas y su enorme plataforma colgante, de casi 1.280 metros de longitud, lo han convertido en un puente de película. Ha visto de todo: desde a Bogart en El halcón maltés hasta el mismísimo Superman en El hombre de acero, vampiros o los superpoderes de los X-Men.
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Una estrella del rock, en definitiva, que tiene su propia página web (www.goldengate.org) y fue portada de la revista Rolling Stone en 1976. Por si esto no fuera suficiente, esconde todas estas curiosidades:
1. El más largo (de su época)
El Golden Gate batió récords cuando fue construido, y le duro algunos años. Durante casi tres décadas fue el puente colgante más largo del mundo. En 1964, el de Verrazano, en Nueva York, le quitó el título.
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2. Actores secundarios
El puente fue culminado en 1937, después de 4 años de obras. Y aunque el nombre de Joseph Strauss, como ingeniero jefe, fue el que pasó a la historia, los principales artífices del diseño de sus torres, el sistema de suspensión y hasta el llamativo color que lo caracteriza fueron otros. Concretamente, Irving Morrow, Charles Alton Ellis y Leon Moisseiff. Su prodigio de ingeniería costó 35 millones de dólares (de la época). Hoy superaría el millar de millones.
3. El arte de remachar
Otra de sus curiosidades fue que la instalación de cada una de las dos torres principales del puente, de 227 metros, fue una de las primeras claves del puente. Más en una época en la que los buceadores aún no contaban con botellas portátiles y que el puente se ubica sobre la misma falla de San Andrés. Más emocionante, imposible. Cada una de las torres, por cierto, tiene unos 600.000 remaches.
4. 27.000 cables en uno
Uno de los elementos que han hecho famoso a este puente colgante son sus enormes cables de acero que sostienen la enorme plataforma, suspendida a 67 metros sobre el mar. Cada uno de ellos, sin embargo, es la suma comprimida de miles y miles de hilos de acero del grosor de un bolígrafo. Solo el tirante principal, de 93 centímetros de diámetro, está formado por la suma 27.572 pequeños cables. En la explanada sur del Golden Gate se puede contemplar una sección del mismo.
5. Naranja internacional
Ese es, concretamente, el color del Golden Gate. Se escogió por diversas razones, por su sintonía con los tonos cálidos del entorno natural que lo rodea, o porque resulta bien visible para los busques que transitan por el estrecho, cubierto de una espesa niebla muchos días al año. Además, qué demonios, es bonito. La mezcla concreta para dar con el tono exacto es: Cian, 0%; Magenta 69%, Amarillo 100% y Negro 6%.
6. ¿Y qué nombre le ponemos?
Es lo que se debieron preguntarse los responsables de un proyecto de tal magnitud. Y como suele pasar en estos casos, no se complicaron demasiado la vida. El Golden Gate lleva el nombre del estrecho que atraviesa, que a su vez fue bautizado así, mucho antes, en por el capitán John C. Fremont. En 1846, concretamente. ¿La razón? El sitio le recordaba al Cuerno de Oro, en Estambul.
7. Teléfonos de la esperanza
La relación entre el Golden Gate y el número de suicidios registrados en la ciudad de San Francisco es estrecha (es el lugar predilecto para los más desesperados). Tanto, que se han llegado a instalar teléfonos de la esperanza en los accesos peatonales, que permanecen cerrados por las noches. Además de una tragedia, suicidarse es delito: está prohibido deje caer o lanzar cualquier tipo de objeto (misiles incluidos, según especifica la normativa) desde cualquier punto del puente. Es un delito menor, eso sí.
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