Un paseo señorial y un deleite para los sentidos. Su gran bahía orientada al sur, sus trece playas, el emblemático Palacio de la Magdalena y sus verdes parques, como los jardines de Pereda son algunos de los encantos que ver en Santander.
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Tranquila, moderna y cosmopolita. La capital de Cantabria conserva un aire señorial, que data de los siglos XVIII y XIX, cuando fue el principal puerto de las exportaciones castellanas. Su casco antiguo tuvo que se reconstruido casi en su totalidad tras el gran incendio de 1941, por lo que ese aire señorial se entreteje con maestría con una urbanización moderna que discurre por lomas y vaguadas, lo que hace que sean frecuentes las cuestas y las calles empinadas.
El Sardinero, batiendo récords. Es la playa más popular de Santander. No en vano fue declarada Conjunto Histórico Artístico y cuenta con un arenal de casi tres kilómetros. Se extiende desde la Península de la Magdalena hasta Mataleñas.
En la cercanías de El Sardinero también podrás pasear por los Jardines de Piquio, una de las zonas verdes más bonitas de la capital cántabra.
Otras playas famosas son la de La Concha y El Camello, que se llama así por una roca modelada por el mar con esa forma.
Frente al arenal de la Playa de la Magdalena, en la zona sur de la península del mismo nombre encontramos las islas de La Torre y La Horadada.
La Península de la Magdalena, la joya. Esta obra de la naturaleza ha sido remodelada y mejorada para lograr el mayor disfrute. Al final del paseo y sobre un alto se erige el Palacio de la Magdalena. Su estilo es ecléctico, evocando tanto a la arquitectura inglesa y francesa como a algunos de los elementos de la arquitectura montañesa.
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Desde allí, hay una gran vista de la isla del Moro o Isla del Mouro, los acantilados, El Sardinero y las playas de la bahía. Desde sus jardines se puede acceder a las playas de Los Bikinis y Los Peligros, y al Museo Marítimo del Cantábrico.
Fue sede veraniega de la corte española a comienzos del siglo XX y en la actualidad acoge cada verano los cursos de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.
Declarado Bien de Interés Cultural en 1985, esta emblemática calle de Santander es de las más transitadas y permite contemplar la belleza de la Bahía. El largo paseo es paralelo a línea del muelle, y llega hasta Puertochico.
A lo largo del paseo pueden contemplarse numerosos edificios históricos y señoriales del siglo XVIII y principios del XIX. Por su envergadura destaca el destinado a ser sede central del Banco Santander.
Otro atractivo son los jardines de Pereda que, al igual que el paseo, fueron dedicados al novelista cántabro José María de Pereda. Sus arboladas sirven de refugio desde septiembre a marzo a miles de estorninos, típicos del invierno de Santander.
Para los deportistas merece la pena recordar que la vela, el remo, el surf, el submarinismo, el golf, el senderismo, la bicicleta de montaña y la escalada, son deportes que se practican asiduamente sin salir de la ciudad.
Otros sitios que tienes que ver en Santander son: el fato de la Isla del Moro, la Catedral, La Plaza Porticada, el Gran Casino del Sardinero, el Museo de Bellas Artes, el Museo Marítimo del Cantábrico y el Museo de la Prehistoria.
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