El Loira es el protagonista de una de los parajes más bellos de Francia, Lugar Patrimonio de la Humanidad. Castillos, viñedos y un río que recorre el corazón de Francia.
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“El río Real de Francia”: así se conoce al río Loira, el más largo del país con más de mil kilómetros de curso y que baña un escenario bellísimo, con un tramo distinguido como Patrimonio de la Humanidad, al que se asoman castillos, pueblos bucólicos y ciudades encantadas, viñedos y campos de labranza… El Valle del Loira cuenta, además, con más de ochocientos kilómetros de senderos para ciclistas, y desplazarse por el propio río a bordo de una embarcación -para cuya conducción no hacen falta permisos- es una experiencia viajera de lo más placentera.
La medieval Tours, atravesada por los ríos Cher y Loira, y Lugar Patrimonio de la Humanidad, es el corazón del Valle. Muy cerca está Chinon, un pequeño pueblo tan bello y típicamente galo que es conocido como “la flor del jardín de Francia”. El castillo de Villandry es uno de los más espectaculares y bellos del mundo: su Jardín de Amor, un laberinto romántico de bojs y tejos en el que los nobles se perseguían para jurarse amor, es famoso en toda Francia.
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Los reyes de Francia tuvieron durante el Renacimiento su residencia de verano en la ciudad de Blois, donde destacan la catedral de San Luis y el palacio de Alluye pero, sobre todo, el castillo real, que acogió a siete reyes y diez reinas de Francia y que mantiene todo su señorío con sus aposentos reales. amueblados y adornados con magníficos decorados policromos: puro lujo.
Orleans es otra escala imprescindible, donde sus calles medievales están repletas de restaurantes, terrazas y tiendas de recuerdo que homenajean a su ciudadana más querida, Juana de Arco. Situada en la misma orilla del río Loira, Orleans sorprende por la perfecta sintonía entre naturaleza y cultura. Durante la Edad Media fue el puerto fluvial más importante de la zona además de centro intelectual gracias a su universidad. La plaza Montroi, con sus animadas terrazas, y la imponente catedral de Sainte-Croix, son los puntos más destacables.
Varias rutas recorren esta extensa región natural. Hay una que sigue los escenarios vitales del artista del Renacimiento Leonardo da Vinci, que pasó sus últimos tres años de vida en la ciudad de Amboise, en el castillo del Clos-Lucé; otras que recorren la zona de los trogloditas, a través de las que se pueden descubrir los murales de la Iglesia del s. XII, castillos del siglo XI a XV, contemplar la vista panorámica de Cross Bonneau, casas del renacimiento y un paisaje singular de Lavardin, las famosas cuevas trogloditas del pueblo amurallado de Troo… La zona de Sologne es la “despensa” de la región, todo un fragor de campos de cultivo que es un festín para los sentidos, donde destacan la ciudad de Montrieux, o el estanque de Beaumont…
Y decir Loira es decir castillos. En concreto, más de mil; 21 de los cuales están en el tramo que es Patrimonio de la Humanidad. Uno de los más destacados es el de Chambord, que fue residencia de Francisco I. Y, por supuesto, el segundo castillo más visitado de Francia, el de Chenonceau, con más de quinientos años de historia y que es conocido como el “castillo de las Damas”, tanto por su original diseño sobre el Cher como por su destino: mimado, administrado y protegido por mujeres tales como Diana de Poitiers y Catalina de Médicis.
¡Buen viaje!
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