Cuando un viajero compra un billete de avión en lo primero que piensa es que no le toque cerca unos niños gritones o una familia que haga mucho ruido durante el vuelo… ¿pero te imaginas que alguien muere en un avión?
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Si bien las probabilidades de que alguien muera en un avión son casi nulas, se calcula que cada año mueren 90 personas a bordo de una aerolínea, cifra menor a los dos mil millones de personas que viajan al año. Aquí te explicamos qué sucede si alguien muere en un avión:
Cuando se produce la muerte en un avion la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) tiene protocolos de actuación para la tripulación. Antes que todo, los sobrecargos intentarán que el hecho pase desapercibido para los demás pasajeros y no genere pánico. Asimismo se intentará que el cadáver esté como una persona dormida y las azafatas lo cubrirán con una manta o bolsa especial hasta llegar a destino.
Si los pasajeros notan algo extraño y sospechan que hay un fallecido en el avión, el difunto será trasladado a otro asiento con pocos viajeros a su alrededor. Si todos los asientos en turista están llenos se llevará al cadáver a primera clase.
Si alguien muere en un avión, la hora de la muerte en un avión y las razones de su deceso, etc, deben ser certificadas por un médico presente. Aunque el capitán también está autorizado a confirmar que hay un fallecido en el avión comprobando los signos vitales pero su trabajo llega hasta ahí. Luego cuando se aterrice en el aeropuerto, Sanidad Aeroportuaria contactará con el departamento de Medicina legal y con la policía para el levantamiento del cadáver.
Al llegar al aeropuerto se debe hacer una investigación sobre las razones de la muerte. Si no se logra detectar la causa y está todo muy confuso, el avión pasará a cuarentena hasta que se descubra por qué murió el pasajero. Este procedimiento se realiza para que no generar una epidemia en el país de destino.
Cuando alguien muere en un avión, se debe decidir si se aterriza ipso facto (en el aeropuerto más cercano) o se sigue con el viaje hacia el destino final. La decisión la toma el capitán tras una conversación con los controladores aéreos. Las autoridades sopesarán bien los siguientes puntos: ubicación del avión, cercanía de aeropuerto y causa de la muerte.
Los instructores que forman a los sobrecargos hacen hincapié en que por ningún motivo se puede colocar a un pasajero muerto en el baño de la aerolínea. Primero, remarcan que no es respetuoso con el fallecido. Segundo, al no poder ser amarrado bien en el baño el cadáver se movería durante el viaje. Lo que haría demasiado ruido. De esta manera, los pasajeros se darían cuenta que hay un muerto en el avión.
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