El Ayuntamiento de Roma, con la aprobación del Gobierno italiano y de la cámara de comercio, está planeando una nueva medida para gestionar la afluencia de turistas a la Fontana di Trevi. Esta icónica fuente, situada en el corazón de la ciudad, es un punto clave para los visitantes, pero también representa un desafío para los residentes debido al intenso flujo de gente. La propuesta consiste en establecer un sistema de reserva para regular el acceso y limitar el número de visitantes por hora.
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Roberto Gualtieri, alcalde de Roma, anunció recientemente que se implementará un control de acceso debido a las dificultades actuales para manejar la situación. En 2023, Roma alcanzó un récord de 35 millones de visitantes, lo que ha generado tanto entusiasmo en el sector turístico como problemas de congestión en los principales puntos de interés, como el Vaticano y la Fontana di Trevi. Gualtieri comentó que «la acumulación de personas resulta a menudo una fuente de deterioro y hace difícil que se pueda disfrutar el monumento».
Aunque aún no se han revelado detalles específicos sobre la fecha de implementación ni el sistema exacto para regular los accesos, se estima que el costo del billete será simbólico, alrededor de un euro.
Este ticket permitirá a los turistas acceder al área cercana a la fuente, mientras que el resto de la plaza permanecería libre para el paso. Los residentes de Roma no tendrían que pagar este ticket, y se aplicaría principalmente en las horas de mayor afluencia.
Además para gestionar el turismo y mejorar la experiencia en la Fontana di Trevi, Roma implementará una nueva medida: lanzar monedas a la fuente costará 2 euros. Esta tarifa permitirá a los visitantes participar en una experiencia única y exclusiva, que se sumará a otras regulaciones destinadas a controlar el flujo de turistas y preservar el monumento. La medida busca reducir el impacto del turismo masivo y garantizar una visita más placentera para todos.
El concejal de Turismo, Alessandro Onorato, había mencionado anteriormente la necesidad de establecer límites de acceso para evitar comportamientos inapropiados, como los intentos de bañarse en la fuente. «Es un espectáculo indecente, pura barbarie. Ha llegado la hora de establecer un límite a los accesos», dijo Onorato en julio pasado.
Lorenzo Tagliavanti, presidente de la Cámara de Comercio de Roma, expresó su apoyo a la propuesta. Aunque no está seguro de si es la mejor solución, Tagliavanti destacó la necesidad de implementar medidas para gestionar la creciente afluencia de visitantes, no solo en la Fontana di Trevi, sino en otros lugares de la ciudad. Según los estudios, la capacidad de atracción de Roma seguirá siendo fuerte en los próximos años.
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