Como todos los años, el 6 de julio, con el Chupinazo, arrancan una de las fiestas más universales del calendario español: San Fermín. Lo primero es agenciarte una vestimenta de color blanco y un pañuelo rojo. A continuación, buscar zapato cómodo. Y a partir de ahí ganas de pasarlo bien. Para ayudarte y que saques máximo provecho, sea cual sea tu plan, aquí van algunos consejos para tus días en Pamplona.
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Si no tienes pensado correr delante de los toros pero quieres disfrutar viendo cómo lo hacen otros, la clave es encontrar un balcón de las principales calles (Estafeta es una buena opción) y así disfrutar del encierro. Eso sí, los encontrarás ‘buenos, bonitos…pero no baratos’. Se ha convertido en un auténtico negocio que puede llegar a alcanzar los 200€. Bien es cierto que si buscas mucho y con tiempo, puede salirte por solo 30€. ¡Merece la pena!
Si eres mochilero y te has lanzado a la aventura de vivir San Fermín empalmando un par de días sin alojamiento cerrado, tu primer problema será: ¿qué hago con la mochila? Para ello, el Ayuntamiento de Pamplona habilita un punto clave concebido para dejar el equipaje: una consigna especial en las escuelas públicas de San Francisco. No solo podrás deshacerte de tus pertenencias sino que, además, disponen de un probador para cambiarte de ropa.
Un clásico todo el año y aún más en estas fechas. No tendrás que salir del centro y la fiesta para disfrutar de los menús especiales dedicados al Patrón. Con más de 100 años a sus espaldas, podrás hacer noche en su pensión si así lo deseas. No te garantizamos que haya mesa porque es uno de los lugares más solicitado en estas fechas pero te aseguramos que es una experiencia irrepetible. A nosotros nos encantan especialmente sus alcachofas con foie y sus torrijas con vainilla.
Hemingway dejó su huella en esta ciudad y una prueba de ello es la habitación que tenía reservada en el Hotel La Perla. No fue la única presencia mediática que se alojó aquí, también Charles Chaplin o Imperio Argentina, entre otros. Su ubicación es privilegiada, con balcones que miran directamente a la calle Estafeta.
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Además de disfrutar con los encierros diarios también puedes adquirir tu entrada para asistir a las corridas de toros programadas durante San Fermín. Como en casi todo, va en gustos. Asegurarte los tendidos de sombra pagando un precio más elevado o quedarte al sol en la buena compañía de las peñas que amenizan con todo tipo de cánticos.
Pamplona es una fiesta. Son días en los que la ciudad no duerme así que no tendrás mucho problema en encontrar la animación que andas buscando pero, si eres de esas personas organizadas que quieren ir con todo previsto, anota: cuesta de Labrit. Es la zona de copas de la ciudad y donde localizan los principales bares.
Has corrido delante de los toros, has pasado el día en la calle disfrutando de diferentes actividades, has ido de cena, de fiesta… ya han pasado 24 horas, aún no has dormido y necesitas asearte, dado que no tienes alojamiento reservado. Para ello puedes acudir a la Casa de Baños, un servicio público de la ciudad en el que podrás alquilar toalla y comprar jabones para empezar el nuevo día ‘como nuevo’.
Si no puedes acudir a San Fermín, aunque es algo que debería ‘vivir’ todo el mundo una vez en la vida, siempre te quedará la radio, la tele, las fotografías… y el libro de Hemingway ‘The sun also rises’ que relata estas fiestas como buen enamorado que era el autor de ellas (y de Pamplona) y cuya edición contribuyó a hacerlas famosas en el mundo entero.
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