¡Nos ha pasado a todos! Uno puede pasar una y mil veces por un sitio, sin apenas reparar en los detalles, su originalidad, su peculiaridad, y mucho menos, en lo que esconde detrás o alberga en su interior. Madrid está salpicada de pequeños rincones secretos en forma de patios, jardines y oasis urbanos. Para encontrarlos solo hay un truco: mirar, pero no cualquier manera, sino como se mira cuando se quiere ver. En El Viajero Fisgón somos mirones, de los buenos, por naturaleza, así que no es raro que hayamos encontrado para ti estos seis patios en los que podrás pasar las bonitas tardes de verano.
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1. El patio o del Café del Jardín que alberga el Museo del Romanticismo (calle San Mateo, 13)
Es un deleite para los sentidos, sobre todo para aquellas personas qe aman las obras de Goethe, Lord Byron, Gustavo Adolfo Bécquer y Rosalía de Castro, pero también el mobiliario y los ornamentos inspirados en esta etapa. Su vegetación, de hoja perenne, hacen de su ambiente un entorno acogedor y fresco en verano.
2. El patio del Instituto Francés
Alberga otra pequeña joyita una vez que cruzas la puerta señorial y su gran escalinata. Puedes visitarlo en la Calle Marqués de la Ensenada, 12. Su ambiente silencioso, sus sillas de colores algo desgastado, su vegetación media y cuidada son las señas de identidad del patio con encanto que puedes encontrar en su interior y que evoca a los más sugerentes bistrot parisinos.
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3. El patio del Mercado de San Ildefonso
Rodeado de puestos donde podrás vivir gastroexperiencias y adquirir productos gourmet y piezas culinarias delicatessen, lo mejor de esta propuesta es que tienes dos pequeños patios para elegir. Eso sí, lo que quizá no resulte tan bueno es que ya empieza a ser un lugar más que conocido, ¡popular!, y eso hace que resulte más difícil coger mesa para comer algo y disfrutar del ambiente, Está en la calle Fuencarral, 57.
4. El patio de Doña Tecla, en la calle Pintor Juan Gris, 2
Es un auténtico oasis urbano, muy cerca del bullicio del Paseo de la Castellana. Llama la atención su variada vegetación en la que conviven a la perfección los bambús y las palmeras con los olivos. Gran gusto y originalidad en la decoración, caracterizada por toques de color y mezcla de texturas.
Podría ser uno de nuestros favoritos, tanto por su nombre como por su tarta de chocolate. Pero sin duda una de las cosas que más nos gusta es que en su interior es posible vivir en una especie de micro clima porque si vas en una de esas noches de verano en las que refresca estarás a gusto y si es una tarde de calor y sopor allí te encontrarás la mar de a gusto. Está en la Calle Don Ramón de la Cruz, 26,
6. El patio de la Tita Rivera, en la calle Pérez Galdós, 4
Es otro de esos lugares que dan paz en cuanto entras (si no lo pillas en unos de esos días en los que está abarrotado pues ahora es bastante popular). Nos gusta que, sea invierno o verano, uno pueda estar a gusto gracias a sus estufas o su sistema de ‘chorros y vapores’, pero también el hecho de que, en poco espacio, recrean distintos ambientes para dar intimidad a sus visitantes y que la decoración de inspiración vegetal.
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