Los 8 pueblos del norte de Francia que se pasan de bonitos

El norte de Francia es, en muchas ocasiones, el gran desconocido debido a la dura competencia, entre otros, de la Provenza francesa, las imponentes ciudades de la Costa Azul, y por supuesto, París.  Puedes encontrar pueblos fascinantes y pintorescos que se han congelado en el tiempo, donde hay fascinantes castillos medievales, vistas de infarto, callejuelas con encanto y puentes románicos. Si finalmente nos haces caso y decides descubrir nuevas experiencias, no hace falta irse a la otra punta del mundo y tampoco necesitas un gran presupuesto. Te recomendamos que viajes hasta esta zona del país vecino, agarres un coche y te dejes perder por sus bonitos pueblos norteños. El Viajero Fisgón ha seleccionado los 8 pueblos más fascinantes de todo Francia. ¡Seguro que querrás repetir!

1. Barfleur

Otrora fue considerado uno de los puertos más importantes del norte de Francia, dominado por la silueta de su iglesia forma un conjunto verdaderamente encantador. Hoy es un pintoresco y encantador pueblo marcado por un largo pasado marítimo.  Es miembro de la asociación de pueblos más bellos de Francia, y no lo podemos debatir. Su paisaje es caracterizado por las casas verdosas de granito gris y pizarra, así como por las playas de arena y roca que invitan a evadirse dando un relajado paseo. No dejes de visitar la parroquia de San Nicolás y su cementerio marino construidos en el lugar donde fue destruida su iglesia románica. Cerca del pueblos e encuentra la punta de Barfleur, donde se alza un faro de 71 metros de altura.

Barfleur: pueblo con encanto en el norte de Francia

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2. Boulogne Sur Mer

La bella ciudad de Boulogne Sur Mer  presenta un bestial patrimonio cultural,  un título especial de Ciudad de Arte y de Historia lo avala. Actualmente se encuentra totalmente amurallada, parece que el tiempo no ha pasado en ella, y su puerto pesquero fue el primero construido en Francia. También es famosa su gastronomía, basada fundamentalmente en el pescado de la zona. Su privilegiada situación junto al Canal de la Mancha, convierte a este encantador pueblo del norte de Francia en un parada obligatoria. Uno de sus puntos turísticos más característicos es la ciudadela, el lugar elegido por el emperador Julio César para la ocupación romana. Otro emperador, Napoleón, mandó construir una Palacio junto a la catedral, en la parte vieja de la ciudad. Y ya que estás en la zona, aprovecha para hacer fotos desde ese punto, una de las panorámicas más espectaculares de la zona.

Boulogne Sur Mer, bonito pueblo en el canal de la Mancha

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3. Calais

Calais es el primerpuerto de viajeros de Francia, conocido por ser la joya del norte, ¿quieres descubrir por qué? Es un pueblo bastante más grande que los anteriores, supera los 60.000 habitantes, pero ‘sería pecado’ hacer un recorrido por la zona y no detenernos frente al punto geográfico donde se ubica el punto más estrecho del canal de la Mancha. Igual que Boulogne Sur Mer, se benefician de la proximidad al canal y a la costa inglesa. Tanto que, desde ese punto, estamos ‘tocando’ Inglaterra con la punta de los dedos. De hecho, dicen los más avezados, que en días claros se puede ver la silueta de la británica ciudad de Dover.

Calais: pueblo a visitar en el Canal de la Mancha, Francia

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4. Lewarde

No muy lejos del anterior, nos encontramos con este pueblecito francés  cuya principal atracción es recorrer una de sus minas gracias al Centro Histórico creado a tal efecto.  Su centro histórico minero se sitúa en la antigua fosa de Delloye, aquí ilustran tres siglos de explotación del carbón. Allí te contarán historias como la destrucción de más de un centenar de ellas durante la Guerra Mundial. Es la parada en ruta perfecta para visitar uno de esos lugares con poco más de dos mil habitantes que te hacen sentir como en casa.

Lewarde: pueblecito del norte de Francia

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5. Arras

Una de esas pequeñas joyas desconocidas que no son foco de grandes afluencias turísticas, lo que significa que todavía no está masificado. Y ello a pesar de contar con un complejo arquitectónico impresionante declarado Patrimonio de la Humanidad. Un pueblo norteño francés que combina las plazas barrocas con los característicos edificios flamencos. La ciudad es famosa por sus dos maravillas: la Gran Plaza y la plaza de los Héroes. Ambas empedradas y  rodeadas por 155 espectaculares casas de estilo barroco flamenco, formando en conjunto un escenario bellísimo. Y entre visita y visita, entra en cualquiera de sus restaurantes de la ciudadela, ¡no te arrepentirás!

Arras, pequeña joya desconicida

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6. Deauville

Si venías buscando playa: has llegado a tu destino. Es el pueblo preferido por los franceses que quieren tumbarse en la arena y darse un baño cuando visitan el norte de Francia. Eso sí, mírate antes los precios porque aunque son numerosos los hoteles y villas que encontrarás a tu disposición, Deauville está considerado uno de los destinos turísticos de lujo de Francia. Conocido por ser as localidad de las estrellas de cine, una atmósfera perfecta de moda, cine y carreras hípicas. ¿Quieres sentirte como si fueras un verdadero artista?

Deauville: pueblo preferido de los franceses para tumbarse en la playa

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7. Granville

En plena Baja Normandía, este rocoso pueblo francés es conocido popularmente como la ‘Mónaco del norte’. No sabemos si debido a los museos dedicados a Christian Dior o Richard Anacréon o quizá porque sus playas estuvieron muy presentes en alguna de las colecciones. Todavía se ve reflejado el alma y la pasión en cada rincón del bello pueblo francés.

Granville: pueblo de la baja Normandia

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8. Mont Saint-Michele

No puedes irte de esta zona de Francia sin visitar el castillo que habrás visto mil veces en prensa y televisión. Quizá no le ponías nombre, pero en cuanto veas la imagen y te lo describamos como el castillo separado ‘de tierra’ por un espacio cuyas mareas llegan a ascender quince metros de altura, seguro que ya sabes de que te estamos hablando. Es el espectacular Saint-Michele ubicado en el pueblo del mismo nombre donde además tendrás como misión obligatorio probar su cordero presalado.

Mont Saint-Michele: el pueblo del castillo

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