Incorporarse al trabajo después de las vacaciones no tiene porqué ser algo traumático si nos lo tomamos con calma. Los psicólogos recomiendan que cualquier cambio que hagamos en nuestras vidas lo hagamos de forma progresiva, sin brusquedades. Así que guardáos un poco más esa sensación de vacaciones, que os proponemos algunos planes para que la vuelta al trabajo sea lo más llevadera posible.
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Así, sin miramientos. Los ingleses se van a los pubs según salen de la oficina todos los días. Pues, al menos, en las primeras semanas de septiembre, ¿por qué no darse un pequeño homenaje? De esta forma tendríamos más sensación de estar de trabacaciones que de vuelta de las vacaciones…
En septiembre vuelven los estrenos interesantes y algunos festivales de cine de mayor o menor repercusión. Una peli después del curro ayuda a desconectar y a volver a casa con otro ánimo.
Es un buen momento para juntarse con los amigos alrededor de una mesa y compartir todo lo vivido durante este verano. Eso sí, ¡prohibido hablar de la vuelta al trabajo!
Dicen que la música amansa a las fieras, ¿no? Y que puede ser terapéutica. Pues, nada, de cabeza a un concierto que levante el ánimo. Y si es de los de dar botes, mejor que mejor. Así desfogas y vuelves a casa suave como un guante.
El deporte genera endorfinas, que ayudan a combatir el estrés. Así que no dudes en calzarte las deportivas y dar unas cuantas vueltas al parque más cercano. Cuando vuelvas a casa, te dirás a ti mismo lo que dicen las madres: ¡qué depresión ni depresión!
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