Denostados por las voces más alarmistas, los juegos en los que se bebe (como penalización por perder en la mayoría de las veces) son más populares de lo que se cree, en especial por los más jóvenes. ¿Por qué? Fundamentalmente porque se trata de juegos que fomentan la comunicación, rompen el hielo entre desconocidos y obviamente desinhiben. Pero desde aquí queremos hacer un llamamiento a la mesura. Los juegos para beber están bien pero en su justa medida, es decir, nada de abusar del alcohol. Solo lo justo para estar ‘simpático’.
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1. Yo nunca he…
Un clásico entre los clásicos. Seguro que alguna vez has jugado. El grupo, en corro, con el vaso en la mano (mini o copa) bebe o no en función de una serie de enunciados que los participantes, por turnos, van emitiendo bajo la fórmula “yo nunca he…”. Para entendernos, mejor con un ejemplo. Alguien del grupo dice: “Yo nunca he mantenido relaciones sexuales con alguien de mi mismo sexo”. Quienes sí lo hayan hecho, deben beber un trago. El ejemplo no se ha tomado al azar, puesto que los enunciados suelen ser siempre de carácter ‘picante’ con el objetivo de averiguar las intimidades del resto. Obviamente, el juego está basado en la confianza de que la gente sea sincera, pero luego cada uno hace lo que quiere. El juego no tiene un final determinado, se acaba por aburrimiento o por borrachera.
2. La botella.
Los participantes se colocan alrededor de una mesa, sobre la que se pone una botella vacía tumbada, de manera que se la pueda hacer girar sobre sí misma. Cuando para, la boca o cuello de la botella se quedará apuntando a uno de los participantes que deberá someterse a una prueba. Si no la hace o la hace mal, deberá beber.
3. El duro.
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Se llama así porque antes se jugaba con una moneda de 5 pesetas (5 pesetas era un duro). Se trata de meter la moneda en un vaso de chupito haciéndola botar antes contra el suelo. Quien lo logre, bebe el chupito.
4. Palabras encadenadas.
Juego muy sencillo pero que requiere de rapidez (la cual se va perdiendo a medida que avanza el propio juego por culpa del alcohol). Los participantes han de decir palabras que empiecen por la misma sílaba que terminó la anterior. Por ejemplo: uno dice ‘teclado’, el siguiente ‘dominó’, y el siguiente ‘novela’ y así sucesivamente. Quien falle o no diga una palabra a tiempo, bebe el vaso entero.
5. Mayor o menor.
Los juegos de cartas son también muy socorridos para beber. Hay decenas de ellos, seguramente diferentes en función del lugar en el que se juegue. El de mayor o menor es muy simple. Se reparte una carta a cada participante, que tendrá que adivinar si la carta que tiene el siguiente es mayor o menor que la suya. Si falla, bebe.
6. La carta corrida.
Otro clásico de la baraja. Un participante (que podríamos denominar ‘la banca’) reparte una carta al resto. Empieza el que está a su derecha. Este participante mira su propia carta y valora si es baja o no. Si cree que sí, puede cambiársela al de su derecha, que no podrá negarse a hacerlo a menos que tenga un rey, pero se arriesga a recibir una carta de menor valor a la que entrega. Si esto es así, y el participante obviamente lo sabe, se planta, porque sabe que ya alguien tiene una carta de menor valor a la que le han dado y por tanto no va a perder. Efectivamente, pierde (y bebe) el que se queda con la carta de menor valor. Si la carta llega a ‘la banca’, éste tiene la opción de sacar una del mazo. Puestas todas boca arriba, como decimos, pierde el que tenga la carta más baja.
7. Carta en los labios.
Aquí el valor de la carta es irrelevante. Se trata de succionar un naipe (a modo de beso, digámoslo así) y pasarlo al resto de participantes sin usar las manos, solo con la boca, sin que se caiga. Si esto ocurriera, beben los dos ‘involucrados’ en la caída del naipe.
8. Ayuda de la tele.
La tele también nos puede ayudar a beber. Imaginemos en un partido de fútbol con los amigos. Se acuerda beber cuando un jugador determinado pierde un balón, o hace determinado gesto. También vale con los ‘realities’ cuando algún participante repite una palabra característica… Se puede aplicar también sin ver la tele: se acuerda beber cada vez que se escuche una palabra previamente elegida o cada vez que ocurra algo determinado.
9. Dados.
Ya hemos mencionado algunos juegos en los que interviene una baraja de cartas. No es el único artículo que nos sirve para beber y jugar, o jugar y beber. Otro muy socorrido son los dados, normalmente de seis caras. Hay decenas de juegos también con ellos en los que si se pierde o se saca cierta combinación, se bebe. El 21, la escalera, par-impar… Rápidos y fáciles.
10. Con tableros.
Hay juegos de mesa directamente hechos para beber, en plan tablero y dados, a modo de parchís u oca. De hecho hay variantes de la oca (el ocalimocho por ejemplo) y del parchís con normas propias para beber mientras juegas.
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