La capital de Hungría es conocida por multitud de aspectos, también por su animada vida de ocio nocturno, con sus celebérrimos ‘ruin pubs’ o ‘bares en ruinas’, que no son más que bares o pubs que están en edificios en ruinas, generalmente de más de cien años, cuyo principal atractivo es su decoración desordenada, caótica y su ambiente desenfadado de libertad y cultura con conciertos y hasta mercadillos. Hoy vamos a traerte los cinco imprescindibles. Sin duda, estos bares son una de las curiosidades más conocidas en la ciudad.
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1. Szimpla Kert.
Ubicado en la calle Kazinczy, en pleno centro de la capital magiar, se trata de tal vez el ‘ruin pub’ más conocido, con multitud de actividades todos los días de la semana. Un dato importante: este local aparece en la lista de los cien mejores bares de todo el mundo que todos los años elabora Lonely Planet. Será por sus conciertos, sus pases de películas o sus mercadillos…
2. Puder.
De decoración caótica y paredes sobrecargadas, este encantador lugar ofrece todos las noches sesiones de los djs más vanguardistas y pequeñas piezas de teatro. Ofrece también la posibilidad, en verano, de una barra en el exterior. Se encuentra en la calle Ráday.
3. Instant.
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Presumen de ser el ‘ruin bar’ más grande de la ciudad. Y parece que así es, pues tienen 26 salas diferentes, 7 barras y dos terrazas con jardines. Presumen también de ser referencia de la noche más canalla y vanguardista de la capital húngara con sus sesiones de música de la mano (y los platos) de los artistas más vanguardistas. Está en la calle Nagymező y abre todos los días desde las 16:00… ¡hasta las 06:00!
4. Fogas Haz.
Su traducción exacta es ‘casa del dentista’. Sin embargo, poco o nada te recordará a una consulta odontológica. Tal vez su nombre proceda de que allí alguna vez en el pasado hubo una clínica. Lo cierto es que el eje sobre el que gira su actividad es la cultura y las exposiciones. Y todo ello aderezado de buen (y barata) cerveza. Está en la calle Akácfa y solo abre hasta las 03:00.
5. Corvintető.
Cientos de metros cuadrados dan para mucho y este ‘ruin club’ los ha sabido aprovechar. Sus diferentes salas, renovadas en 2015, soo según requiera la ocasión espacios independientes. Así, mientras en una hay una exposición, en la otra hay un afterhours. Por eso es uno de los lugares más ‘cañeros’ de la ciudad, para los más atrevidos y fiesteros. Y por supuesto, no te pierdas su terraza de verano.
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