Para bien o para mal, los techos españoles, las montañas más altas de nuestro país, son relativamente fáciles de escalar. La mayoría de ellas está al alcance de cualquiera medianamente en forma y capaz de afrontar una caminata, más o menos seria, hasta la cumbre. Sin el picante de la altitud -ninguna supera los 4.000 metros- ni riesgos o dificultades insalvables -exceptuando algo de vértigo en el famoso paso de Mahoma del Aneto- proponemos calzarnos las botas de monte y coronar los cinco picos más altos de España. Eso sí, el viaje comienza más cerca de África…
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1. Teide (3.718 metros, Tenerife)
Pisar el pico más alto de España, el aparentemente tranquilo volcán del Teide, en la isla canaria de Tenerife, es relativamente sencillo, salvo que –dichosos alpinistas- queramos complicarnos deliberadamente. Quizá lo más complejo sea tramitar el permiso para ello. El teleférico que conduce hasta La Rambleta, a 3.555 metros de altura, brinda al visitante la oportunidad de coronar el punto más alto de nuestro país superando a pie apenas unos 200 metros de desnivel por el sendero Telesforo Bravo. Los más esforzados preferirán las exigentes seis horas de marcha que separan la zona de Montaña Blanca de la cumbre. Cuestión de gustos.
2. Mulhacén (3.479 metros, Granada)
Saltamos al sur de la Península para la segunda caminata, porque ascender al pico del Mulhacén, la cota más alta de Sierra Nevada, en Granada, requiere poco más que eso. De dificultad moderada, el reto es afrontar los 2.000 y pocos metros de desnivel que separan Capileira de la cima, y que se suele cubrir en dos días, pernoctando entre medias en el refugio de Poqueira. Si acudimos en verano, es una actividad –exigente, eso sí- de senderismo. En invierno, con la montaña nevada, la cosa se pone algo más seria. Requiere conocer mejor el terreno, material apropiado para la estación y mucha precaución.
3. Aneto (3.404 metros, Huesca)
La cosa se pone más interesante al tentar al techo pirenaico, el Aneto, en Huesca, tercero de la lista. De menor altitud, es mucho más resultón si buscamos la emoción y el sentimiento montañero. Además, ofrece una singularidad: caminar sin demasiados riesgos –sobre todo en verano– sobre el lecho de un glaciar cubierto de nieve. Además, justo antes de la cumbre, reserva una dosis de adrenalina: superar el peliagudo paso de Mahoma, con muchos metros de caída a ambos lados de dicha cresta. También requiere dos días de actividad partiendo de Benasque y con noche intermedia en el refugio de La Renclusa.
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4. Veleta (3.396 metros, Granada)
Con raquetas de nieve en invierno o sobre la bici en verano, el pico Veleta resulta algo más asequible que su vecino el Mulhacén y también fue territorio glaciar activo: al pie de su característico tajo cimero, en el llamado Corral del Veleta, existen restos de hielo fósil de hace unos 13.000 años. El Veleta alberga la carretera y el puerto de montaña más altos de Europa, aunque vetados al tráfico a partir de los 2.500 metros de altitud desde hace algunos años, y su cumbre, además de contar con un observatorio científico, cima también se presta al esquí: por su lomo se deslizan las pistas más altas de la estación de Sierra Nevada. Merece la pena llegar hasta los antiguos parapetos de mirador Posiciones del Veleta, reliquias de la Guerra Civil que ofrecen una panorámica de la trilogía de la Sierra Penibética: Veleta, Mulhacén y Alcazaba.
5. Posets (3.375 metros, Huesca)
La segunda montaña en altura de los Pirineos propone ascensiones más estimulantes. Lo habitual es subir al Posets por la llamada Ruta Real, más directa, con noche previa en el refugio Ángel Orus y la presencia del intimidante Diente de Llardana antes de ganar la arista que conduce a la cumbre. Más larga y tediosa resulta la ascensión desde el refugio de Viadós (al que se llega en coche), pero la sensación de plenitud al ganar la escarpada arista cimera resulta casi tan reconfortante como el menú montañero que aguarda en el refugio tras el descenso. Insuperable.
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me ha encantado
Decir que alguien "medianamente" en forma puede subir los techos de España...en fin, es invitar a que sigan saliendo en las noticias domingueros rescatados. Qué no saben moverse en ciertos terrenos, que no llevan el equipo adecuado, que no saben planificar, que no saben leer un mapa, que no saben trepar o destrepar, que no saben cuándo abandonar... Y esto solo en la normal y en verano. Con nieve ni te cuento.
Muy acertado Eli!!! la planificación, el estudio de un terreno y organizar cada ascensión conduce al Exito y a evitar incidentes!