Como si fuera un termómetro de su vitalidad, toda gran ciudad que se precie no puede cerrar sus cocinas a cal y canto sino que tiene que dar una última oportunidad a sus aves nocturnas. Siempre las hay revoloteando a la caza del último comedor abierto en donde llenar –o volver a llenar- el buche y alargar un poco más la madrugada. Madrid es experta en el arte de la recena y por eso te recordamos sus mejores secretos para no quedarte con hambre al filo de medianoche.
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Libertad, 16. Hasta 02:00.
“Cenas para gatos noctámbulos con nocturnidad y alevosía”. Uno de los grandes clásicos te espera con un lema infalible. La misma taberna cañí de siempre sigue apostando por su fórmula non stop a la vieja usanza, para que la noche no deje de deparar momentos únicos entre martinis, huevos poché y maganos con arroz.
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Segovia, 17. Hasta 02:00.
Aunque ofrece una nueva cara made in Joaquín Torres, esta otra taberna que se funde en bistró y trattoria sigue siendo un rincón fundamental para prolongar la velada mientras se da cuenta de la penúltima copa o las primeras tapas, raciones y guisos del día. Huevos rotos, croquetas de crema de queso y gambas, pulpo, magret de pato, presa ibérica… Se presenta como una “nueva cocina rústica” para “aves nocturnas”.
Serrano, 110. Diego de León, 42. Fernando VI, 2. Viernes y sábados hasta 03:00.
Estos tres locales del Barrio de Salamanca apuestan por una propuesta informal en ambientes acogedores con una cocina mediterránea cuyo horario se alarga con creces durante el fin de semana. Una especie de versión low cost buenrollista con pinchos y raciones para acompañar el copeo nocturno.
4. Caripén
Plaza de la Marina Española, 4. Hasta 02.00.
Un bistró de fauna variopinta, de gente guapa y gourmets de la noche, en el que se encuentra una variedad de platos contundentes y bien elaborados a precios bastante serios. Aquí no se entra por casualidad, su cueva de esencia clandestina frente al Senado esconde ostras y mejillones de roca, crepes y solomillos, pescados como esa raya a la mantequilla o mariscos como su carabinero en papillote. Menudo homenaje.
5. Laidy Pepa
San Lorenzo, 5. Hasta 06:00.
No, no está mal escrito. Es el antro –bueno, piano bar- por excelencia para anticiparse a la resaca, equilibrar el ph o dar una vuelta de tuerca a la noche de fiesta ininterrumpida. Bajar al sótano más freak del centro, previo canje de contraseña, es toda una experiencia sensorial que hace replantearse la idea del after al uso. Sus espagueti, aunque se zampen en condiciones a veces algo etílicas, son legendarios. El resto es puro teatro…
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