La cosa es simple: hay que respirar hondo, tragar saliva y atreverse. Unos cuantos tablones de madera fijados a la pared, unas gruesas cadenas –algo oxidadas– a las que agarrase como si nos fuese la vida en ello y muchos metros de vacío a nuestras espaldas. Suele decirse en muchas ocasiones que sin riesgo no hay emoción. En estas cinco rutas de montaña la ecuación se cumple al 100 por cien: están entre las más peligrosas del mundo…
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1. El camino de la muerte (Bolivia)
El sinuoso y vertiginoso descenso que comunica La Paz con la selva amazónica del norte de Bolivia es conocido, literalmente, como el camino de la muerte. A un lado, verticales muros tupidos de vegetación, al otro, el vacío. En la actualidad, es una muy ruta frecuentada por ciclistas ávidos de emociones fuertes.
2. Monte Huashan (China)
Aunque en realidad puede subir cualquiera, pues no presenta dificultades insalvables, el camino de ascenso a este monte sagrado de la región de Xian sí puede resultar tedioso y, en algún que otro tramo, ciertamente peliagudo. Considerado uno de los senderos más estimulantes del mundo, permite ascender a una de las cinco montañas del taoísmo en China y cuenta con varios templos repartidos en sus cimas.
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3. Monte Pasubio (Italia)
Las estrecheces de este camino militar que recorre la vertiente sur de este macizo italiano, entre Bocchetta Campiglia (1.219 metros) y Porte del Pasubio (19.34 metros), ha quedado prácticamente reservado a los ciclistas de montañas. Con una mínima de pocos más de dos metros y un total de 52 túneles excavados en la roca, requiere, no obstante, de cierto valor y pericia.
4. Angels Landing (Utah)
Este camino tallado en la pared del pico Angels Landing regala, al llegar arriba, inmejorables vistas de Zion Canyon, joya del parque nacional homónimo ubicado en el estado de Utah. Esculpido en 1926 tiene algunas secciones en la cresta final, equipadas con pasamanos, que requieren, cuanto menos, mucha atención.
5. Puente de Trift (Suiza)
El puente suspendido más largo de los Alpes es un paso imprescindible en la ruta senderista que lleva hacia el glaciar de Trift. Aunque la estructura del pasaje se renovó en 2009 debido a su trasiego turístico, más de uno echará un buen suspiro tras haber completado, de lado a lado, sus 170 metros de longitud. Por debajo quedan 100 metros de caída a plomo sobre el lago glaciar del Trift.
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