No te creemos. ¿Vives y paces en Madrid y no sabes qué es el fenómeno #ponzaning? Sí, con su propio hashtag. Espabila. El distrito de Chamberí siempre ha sido núcleo de tabernas y bares con solera donde cañear, vermutear y tapear de categoría. Pero, de un tiempo a esta parte, en los márgenes de la calle Ponzano que secciona el cuadrante de sur a norte desde la calle Santa Engracia hasta la Calle de Raimundo Fernández Villaverde, algo viene pasando. Como si fueran setas, surgen restaurantes de fusión, innovadores, de formatos originales y muchos bares, bares y más bares que de ellos va este artículo. Ponzano es, sin duda, el termómetro para medir la salud actual de la hostelería madrileña. ¡Y está como un roble!
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Encabeza el ranking porque a Javier Bonet se le puede atribuir la autoría de la revitalización de este #ponzaning con espacios como los de Academia de Despiece, Muta y la tercera pata del banco, este bareto de última generación siempre hasta los topes donde la barra es sagrada. Producto de primera para elaboraciones directas, diseño original que homenajea el concepto tasca y lo dicho, mucho ambientazo no apto para combatir el estrés.
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2. El Doble
Uno de los bares clásicos por antonomasia de Ponzano. Y, por extensión, de Madrid. Y es que se trata de un local de fachada típica azulejada en cuyo interior se tiran las cañas con más fama de la capital. Que ya es decir.
3. Sylkar
Otro referente de Chamberí que no altera el rictus ante la llegada de nuevos pipiolos. Todo porque su cocina honesta va más allá de la de una simple casa de comidas. Y de su tortilla mítica, claro. Su parroquia fiel, apostada en la barra o sentada en la sala y en el comedor, sabe de lo que hablamos.
Uno de los últimos en llegar, una sensación más a añadir al ranking tabernario de #ponzaning. Una bodega bien nutrida con hasta 500 referencias, vinos por copas, asesoría de Juanjo López Bedmar (La Tasquita de Enfrente) e interiorismo referencial pero contemporáneo en el que el vino es el rey.
5. Fide
Con El Doble o el Alipio Ramos tal vez sea el bar más castizo, viejuno y auténtico de Ponzano. Por eso nos gusta. Por su tapeo rico y verdadero y por esas cañas de estilo madrileño, el mejor estilo del mundo. “Una caña no es un vaso de cerveza, es la manera de tirarla”. Pues eso.
Irresistible el regusto que siempre deja la visita a esta otra taberna con 25 años de bagaje pero que luce estética contemporánea y barra cómoda en la que acodarse mientras se espera a las cañas, los vinos y las raciones de producto fresco y de calidad. Una de las cartas más variadas del barrio no olvida la tradición charcutera de la casa, pero sus platos de atún, de escabeches o de puchero son igualmente infalibles.
Un acierto servir en Chamberí las tapas andaluzas y gaditanas de esta abacería –tienda de comidas- y bar experto gracias a la tradición de la familia Moreno García. Tapas frías, pescaíto frito, croquetas, chacinas… Carta muy flexible y acomodo en taburetes y mesas altas.
Iba para curiosidad como representante de la moda de los bares clandestinos pero, más allá del espacio oculto, se confirma como realidad gracias a lo que sí está a la vista de todos: su barra de tapas más que animada y su gin bar en la parte alta del comedor.
9. La Lianta
De los más modernos en incorporarse al ranking. Hay versatilidad gourmet, un espacio de los que se llevan y copeo y cócteles de última hora.
Pertenecer a este grupo, a La Máquina, garantiza solvencia y buen picoteo en mesas altas y barra. La propuesta, en lo fue el restaurante Alborán, pasa por ser más desenfadada de lo que acostumbran sus locales y eso nos pone.
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