A Cantabria le dicen la Tierruca. Este trozo de paraíso norteño hace buenos. Recorremos sus mejores playas. ¡Porque en el norte también brilla el sol!
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El litoral de Cantabria está muy bien conservado, y es muy distinto al de otras comunidades. Allí el turismo no ha llegado con tanta fuerza como a otras, por lo que se ha podido conservar más puro: los pueblos se descuelgan en acantilados sobre el mar, los puertos pesqueros conservan su actividad, las playas están preparadas para ser disfrutadas de un modo relajado o activo, practicando cualquier deporte náutico… Playas agrestes, urbanas, recogidas, íntimas: hay de todo en los más de noventa playas que se esconden a lo largo de los más de doscientos veinte kilómetros de costa en Cantabria, y en varias de ellas ondea la Bandera Azul: las de El Sable y La Arena, en Arnuero; la de Ris, en Noja, y la de Berria, en Santoña.
La de Berria es una de las playas preferidas por surfers de todo el país. En la zona de las marismas de Santoña, entre los montes Brusco y Buciero, y teniendo como vecino al famoso penal de El Dueso, la playa de Berria son dos kilómetros de arena dorada en la que siempre hay espacio para uno (aunque si lo que quieres es comer en su merendero, ¡tendrás que madrugar!) La playa no está muy urbanizada -hay algunos edificios bajos de apartamentos en la parte central, con algún restaurante y alguna tienda de materiales deportivos-, y cuenta con todos los servicios: es idónea para ir con toda la familia. Es además un lugar muy destacado para la observación de aves. Y no hay que olvidar que el pueblo de Santoña está a solo un par de kilómetros, así que aprovecha para hacerte con unas conservas de sus famosas anchoas.
En Laredo está el arenal más extenso de toda la comunidad cántabra, ocho kilómetros de arena que las playas de La Salvé y Regatón. El nombre de La Salvé se debe al emperador Carlos V, que desembarcó en la playa camino de su retiro de Yuste, rezando la oración nada más poner pie en tierra. Es una playa muy extensa, la playa de la ciudad: muy buena para el baño, pero muy distinta a su hermana de arenal. El Regatón, en la margen derecha de la Ría de Treto, se ubica ya dentro del Parque Natural de las Marismas de Santoña: es más salvaje, repleta de dunas y vegetación.
Otra de las preferidas de los cántabros es la playa de Somo, en Ribamontán al mar, en plena bahía de Santander. Es muy popular: tanto, que hay un servicio de lanchas entre la playa y el embarcadero de Santander conocido como pedreñeras. Tiene algo más de dos kilómetros de largo y unos cien metros de ancho, y no faltan un buen paseo marítimo donde encontrar todos los servicios. Frente a la zona conocida como Las Quebrantas, se practica el surf y se organizan campeonatos durante todo el año.
Para terminar, vamos a ir a una playa digna de reyes. Alrededor de la desembocadura de la ría de Oyambre se encuentra la playa de Oyambre, que pertecene a Valdáliga y que forma parte del parque natural de Oyambre, uno de los espacios naturales más bonitos de toda la comunidad cántabra (¡y eso es mucho decir!). La playa tiene algo menos de dos kilómetros, está rodeada de abundante vegetación, combinada con zonas de amplias dunas de paradisiaca fina arena dorada y blanca. Aunque es una playa muy frecuentada -Comillas está a apenas cuatro kilómetros-, hay espacio para todos. Era una de las playas preferidas de Alfonso XII, el rey que, con sus veraneos en Comillas, fue de los primeros en descubrir las virtudes de los veranos de la costa cántabra. ¡Ahora te toca a ti!
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