Pero raras, raras. El mundo de las creaciones cerveceras parece inagotable. El mercado no para de crecer y ante el nacimiento de nuevas producciones artesanales cada vez más demandadas, otras mentes exprimen las posibilidades del alcohol de cebada hasta límites imposibles. Originales, extremas, exóticas, cuestionables… Para todos los gustos, cervezas raras, muy raras.
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La que antes fuera comercializada como Ice Cap Beer, sigue siendo una cerveza de Groenlandia que utiliza agua del Ártico de hace miles de años. Cerveza cara y para paladares finos.
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2. Berliner Kindl Weisse. Alemana
Una de las cervezas más freak que recordamos es curiosamente fácil de encontrar en Berlín. Se trata de una cerveza de color blanco que, por si fuera poco, se le puede añadir cápsulas colorantes y con sabores de frutas.
Cerveza de las exóticas y además de las que fomentan el comercio justo. Su gama de frutas y de sabores curiosos añade plátano, coco, mango, quinua y palmnut. Para hacerse con una hay que recurrir a tiendas especializadas.
4. Iki Yuzu & Ginger. Holandesa
No, no es japonesa aunque lo parezca y, de hecho, una de sus dos sedes es Santa Gertrudis, en Ibiza. Es una cerveza ligera y refrescante, sobre todo la versión de la aromática y cítrica fruta yuzu y la de té verde con jengibre, más especiada.
Cerveza y vino, curiosa mezcla. Es a lo que se atreven en Casa Dogfish, audaz empresa de originales cervezas que también produce vodka, ron y ginebra. Un sinfín de rarezas, algunas cervezas de temporada pero pocas como esta locura de pilsen, maltas de trigo y adiciones de mosto y pinot gris.
Una de las pocas cervezas picantes del mundo. Y tenía que ser en el país del chile, claro, que es precisamente el ingrediente que se aloja en cada botella y que le aporta un punto muy apreciado para cocinar o, directamente, para «refrescarse» el gaznate.
7. We Brew Gold. Española-danesa
Pero para ingrediente, ¿qué mejor que el oro? Esta colaboración entre la microcervecera Mikkeller y la navarra Naparbier tiene el puntazo de añadir a sus dos maltas y seis lúpulos diferentes partículas de oro de 24 quilates. Claro, la cerveza barata no es.
8. Mamma Mia! Pizza Beer. Estadounidense
¿Por qué no? Claro que sí, un todo en uno, una cerveza con sabor a pizza. La ocurrencia de estos cocineros consigue introducir una pizza Margarita en una botella, con su tomate, su orégano, su albahaca y su ajo, un proceso al que se le añade el lúpulo y las especias para su fermentación.
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