Mentir está muy feo, pero a veces los padres no tienen otro remedio cuando viajan en coche con los niños y éstos se ponen pesados. Varias de estas 10 mentiras las hemos escuchado como niños… y las hemos soltado como padres:
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1. “Ya falta poco”
Esta es la mentira por excelencia de todo padre cuando el niño le suelta la típica pregunta de “¿Cuánto falta?”. Mentir no está bien, pero en este caso está justificado si no queremos que el niño o la niña la líe en el coche cuando aún quedan por delante varias horas de viaje.
2. “Enseguida paramos”
Otro diálogo recurrente entre los padres e hijos pequeños en un coche es el que empieza con el niño o la niña diciendo “Me hago pis…” y termina con el padre o la madre soltando una mentirijilla del tipo “Aguanta, que en cuanto pueda paramos”. Y muchas veces el padre no para hasta que el niño no lo repite.
3. “Las ventanillas de atrás no funcionan”
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Los elevalunas son una tentación para los niños y los padres no quieren llevarse sustos mientras conducen. Así que, si el coche lo permite, no dudan en bloquear las ventanillas de atrás. Y si los niños preguntan por qué no bajan sus ventanillas, tiramos de mentira para salir del paso: “Es que están estropeadas, tengo que llevarlas a arreglar…”.
4. “Ahora ponemos los Cantajuegos”
Hacer un viaje con niños requiere en muchas ocasiones el sacrificio de ceder con la música. De hecho, hay padres que se saben de memoria las canciones de los famosos Cantajuegos y no se las pueden quitar de la cabeza. Por eso aprovechan cualquier distracción de los niños para darles el cambiazo en la radio del coche y poner su música. Como si ellos no fueran a darse cuenta…
5. “Yo no he dicho palabrotas”
Si un padre o una madre se enfada con otro conductor y le hace un gesto feo o le suelta alguna palabra malsonante, está perdido. Su hijo se lo va a decir y, por mucho que lo intente, no va a tener manera de justificarse.
6. “No voy deprisa”
Los niños suelen tener la manía de mirar a qué velocidad circulamos. Y claro, a veces ven que circulamos a más velocidad de lo permitido. Con tal de no reconocer que tienen razón y de admitir que estamos cometiendo una infracción, somos capaces de decir que no estamos corriendo cuando en realidad sí estamos pisando el acelerador.
7. “Mamá y yo no estamos discutiendo”
A los niños no les gusta que sus padres se peleen. En un habitáculo tan cerrado como un coche es muy difícil que la pareja discuta sin que los hijos lo noten. Así que no se van a creer eso de “no estamos discutiendo”.
8. “Yo no te he gritado”
Hacer un viaje largo con niños que te están dando la lata todo el rato puede sacar lo peor de nosotros mismos y provocar que soltemos un grito para poner orden. También en este caso es tontería negar la evidencia de que hemos gritado, pero a veces lo hacemos.
9. “No nos hemos perdido”
¿Cómo vamos a reconocer que nos hemos perdido en el camino y que no tenemos ni idea de dónde estemos aunque llevemos navegador? Antes que decepcionar a nuestros hijos preferimos soltar otra mentira y asegurar que sabemos cómo llegar a un sitio.
10. “Claro que sé cambiar una rueda”
El mecanismo de la mentira salta automáticamente en el padre cuando el niño o la niña le pregunta si sabe cambiar una rueda. Y claro, si hay un pinchazo y el padre no sabe qué hacer, se va caer con todo el equipo…
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