La Costa Dorada puede que no sea el litoral más famoso, pero sin duda merece una visita. Sus 92 kilómetros de costa ofrecen una combinación perfecta de amplios arenales y calas de roca caliza. Las aguas tarraconenses, cristalinas y poco profundas, invitan a un baño refrescante en cualquier momento. La arena dorada de las playas de la Costa Dorada nos espera, brindando un entorno perfecto para relajarse bajo el sol.
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Además, la Costa Dorada se destaca por su oferta variada de actividades, como deportes acuáticos o paseos por sus encantadores pueblos costeros.
Rodeada de una buena colección de calas, Cala Forn es tal vez la más hermosa por su similitud con cualquiera de las más importantes de Menorca o la misma Costa Brava, pinares incluidos. El agua suele estar siempre limpia y cuenta con todo tipo de servicios. Bandera azul, por supuesto.
Junto a Roca Plana, otra playa a mencionar, la que es conocida por los lugareños como Playa Waikiki es la referencia fundamental del entorno Tamarit-Punta de la Mora. El camino hasta ella es ya de por sí recomendable, un paseo entre pinos hasta alcanzar el muro de roca caliza que cae sobre la fina arena y casi las aguas poco profundas de Cala Fonda. Se practica nudismo, pero no es excluyente.
La estampa más típica de pinos y acantilados en el contorno de una pequeña ensenada de arena. Verde, rojizo y azul en una misma imagen. También azul es su bandera, gracias entre otras cosas a sus completos servicios.
Elijan ustedes cualquiera de las playas que se suceden en la línea kilométrica del barrio marinero de El Vendrell. A lo largo de su paseo marítimo, con una edificación moderada gracias a una planificación racional sobre todo a la altura de la desembocadura de la riera de la Bisbal, el arenal generosamente ancho y cuidado está garantizado.
Al norte del Cap de Santes Creus, la playa del Port Olivet; al sur, esta calita de roca y guijarros rodeada de pinos que es la mejor definición de playa salvaje. Sin servicios, de gran valor ecológico, es uno de los destinos vírgenes más apreciados.
Principal arenal naturista de este litoral, es una porción de 1.600 metros ubicada en el paraje de los Rojales. Su situación solitaria, y su paisaje de dunas rodeadas de pinos y vegetación la hacen irresistible.
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Una de las más surferas del litoral, con una zona reservada al submarinismo, esta bandera azul está compuesta también por las playas del Racó y dels Prats. Hasta 30 metros de ancho, casi 2.500 metros de longitud, La Pineda es ejemplar representante de la arena daurada.
Entre Coma-ruga y la capital, y junto a Torredembarra, estos dos kilómetros de arena fina y dorada se aleja del tumulto playero y consigue parabienes tanto populares como oficiales gracias a su accesibilidad y a su correcta gestión medioambiental.
Precisamente en un entorno similar al anterior, es una de las playas más salvajes de Torredembarra por su especial y cada vez más desaparecido ecosistema dunar y de marismas saladas. Maravilloso valor paisajístico, tranquilidad y vocación nudista.
Casi dos kilómetros y medio de playa divididos en ocho calas por la presencia de siete espigones paralelos a la costa. La arena es fina y dorada, y las aguas son tranquilas y poco profundas, ideales para el baño en familia. Además, hay varias áreas de juegos para niños y chiringuitos donde disfrutar de refrescos y comidas junto al mar. También es un destino popular para practicar deportes acuáticos, como el paddle surf y el windsurf. La calidad de sus aguas y servicios ha sido reconocida con la Bandera Azul en varias ocasiones, garantizando un entorno limpio y seguro para los visitantes.
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