O lo que es lo mismo, del mundo. Debatir sobre el mundo paella es jugársela a un duelo al amanecer. Pocos platos destilan una discusión más encarnizada por decidir su definición concreta y su receta fundamental. Desde tierras valencianas, con Sueca como la ciudad arrocera de España en la que incluso se celebra anualmente el Concurso Internacional de Paella Valenciana para elegir la mejor entre las mejores, el guiso de arroz en gran recipiente redondo –llamada también paella, mejor que paellera- viaja con el desafío de una eterna competición. Este ranking arroja un poco de luz a la batalla. El azafrán está en su punto. El alioli lo pones tú.
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1. Casa Elías, Chinorlet
Para muchos, la mejor paella temporada tras temporada, con el recibimiento de la preparación de los sarmientos con los que se hace un arroz seco insuperable al que se le añaden conejo, caracoles y un puñado de hierbas aromáticas de fórmula secreta. Imposible no rendirse al espectáculo del fuego. Imposible no llorar con su socarrat.
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2. Miguel i Juani, l’Alcúdia
La última edición, la 54, del Concurso Internacional de Paella Valenciana de Sueca reconoce la labor de Paco Rodríguez y Rafael Climent al nombrar “la mejor paella del mundo”. El restaurante se ubica en un modesto hostal de la ciudad valenciana.
3. Quique Dacosta, Denia
No podíamos ignorar a uno de los genios arroceros catapultado a los altares de la gastronomía de las estrellas. El mejor embajador de la cocina valenciana y mediterránea, con sus 3 estrellas Michelin, saca de su chistera y mete en su menú degustación arroces secos (arroz abanda socarrat, arroz de guisantes y huevos de sepia…) nada convencionales, de técnica superior pero al mismo tiempo con las raíces bien puestas.
4. La Albufera Moraleja, Madrid
Aquí la opción pasa por el restaurante madrileño pero también por el hotel y restaurante La Posada de Santa María, en la localidad conquense de Santa María del Campo Rus, pues en ambos el cocinero Julián García defiende su paella clásica – ¿y castellana?- de arroz bomba, pollo, conejo y caracoles con la que se hizo acreedor del primer premio del Concurso Internacional de Paella Valenciana de Sueca hace un par de años.
5. La Sirena, Petrer
Estupendo representante de la escuela alicantina más tradicional, los puntos fuertes de los arroces de Mari Carmen Vélez son su combinación de productos marinos y esa salmorreta (pasta de ñoras) que se impone en el caldo. Para acompañar el arroz abanda, los fans del alioli siempre están de enhorabuena. ¡Menudo surtido!
6. El Suquet de l’Almirall, Barcelona
Hay que atreverse, porque hay paella más allá de la Comunidad Valenciana. En el Port Vell se hacen muchos arroces pero el de Quim Marqués lleva tiempo triunfando por su aportación marinera, la Paella DO Barceloneta, y por creaciones como una paella catalana con ciruelas pasas.
7. Casa Carmina, El Saler
Una pasada por la Albufera valenciana nos lleva a saborear un arroz entre la ortodoxia y la mezcla de ingredientes, ya sean marineros o de la huerta con una importante aportación de verduras. Paella de bogavante, de sepia y alcachofas, de marisco pero también arroces caldosos de rape y setas o el de fesols y naps.
8. Venezuela, San Pedro del Pinatar
Anda, Murcia también existe en materia arrocera y paellera. Faltaría más. Nada menos que 50 años contemplan los calderos de este negocio, respetuosos con la receta en cinco entregas (frito de tripas e hígados; cabezas y gañiles; caldo; arroz; rodajas de pescado) de arroz a la leña y sobre arena de playa puesta en práctica desde siempre por los pescadores del Mar Menor. Además, paella de marisco, de pollo y marisco, y de pescado y marisco.
9. Paco Gandía, Pinoso
Otro grande del arroz a fuego vivo propio del interior alicantino, con la paella suspendida en trébedes sobre sarmientos y el resultado de un grano seco acompañado de conejo y caracoles. Ese regusto del fuego violento es inolvidable.
10. Que si quieres arroz Catalina, Madrid
Cerramos capítulo con el actual proyecto de Rafa Morales, antiguo segundo de El Bulli y jefe de cocina en Hacienda Benazuza (2 estrellas Michelin), que le ha traído desde su Valencia hasta el Palacio de la Misión, en la Casa de Campo, con el objetivo de implantar la mejor paella valenciana en la capital del reino. Con caldo de pato, ojo. La reserva puede ser también de arroz huertano, montanero, “señorito” madrileño, abanda, fideguá, arroz negro o de cualquiera de sus arroces melosos de puchero.
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