Cuando la isla de Mallorca es un icono del turismo de nuestro país, será por algo. Vamos a demostrarte que en la isla no hay tiempo para aburrirse. Diez propuestas, imagínate, para diez días de estancia, en los que vas a tener tiempo de playa, montaña y ciudad. Y si no, toma nota.
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1. Cuevas del Drach.
Es una de las excursiones que debes hacer más típicas de la isla. Las famosas cuevas, con sus estalactitas y estalagmitas, son uno de los espectáculos de la naturaleza más admirados de España. Se encuentran cerca de Manacor. Dentro, decenas de galerías y hasta incluso un lago que se puede atravesar en barca y en el que hay conciertos de música clásica.
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2. Fábrica de perlas.
Otro de los lugares que más visitas reciben en Mallorca es su famosa fábrica de perlas Majórica. En su sede central se organizan visitas guiadas en las que aprenderás cómo se tratan y manufacturan estas apreciadas piedras preciosas fabricadas con cariño hasta convertirse en un artículo de joyería.
3. Tren de Sòller.
Los amantes del ferrocarril y también de la naturaleza tiene una cita obligada con Mallorca y todas sus líneas de ferrocarril pero , sobre todo, con el tren de Sòller, la única vía férrea de la isla que une esta localidad con la capital a través de casi 30 kilómetros. No es una línea cualquiera ya que atraviesa la sierra de Tramontana a través de viaductos, puentes y 13 túneles. Un viaje con reminiscencias pasadas (la línea tiene más de cien años) que hacen de esta excursión una experiencia única.Una vez en Sòller, disfruta del pueblo y anímate también a tomar un tranvía que te llevará al puerto.
Si te gusta el senderismo y los deportes de montaña, no puedes perderte la Sierra de la Tramuntana, que debe su nombre al viento que sopla desde allí. Está repleta de rutas senderistas. Podrás encontrar los embalses de Cúber y Gorg Blau, y por supuesto el imponente Puig Major, de 1.436 metros, el punto más alto de la isla. Hay numerosas cuevas, como la de Sa Campana, cañones como Sa Fosca y torrentes de agua como el de Pareis, en el que pueden encontrarse paredes de hasta 300 metros de altura.
5. Playa de Es Trenc.
Si hablamos de Mallorca, es imprescindible hablar de playas. Una alternativa para hacer excursiones es recorrer playas y calas, ir conociéndolas. Te sorprenderán. De entre todas ellas vamos a destacar una: Es Trenc. Se trata de una playa de arena fina y aguas cristalinas que más parece del Caribe que del Mediterráneo. Está en el municipio de Campos y es el último gran arenal de la isla sin urbanizar, de ahí su importancia ecológica y los esfuerzos que se hacen (pese a las amenazas del ladrillo) para conservarlo. Se ha convertido en toda una atracción turística.
6. Formentor.
Formentor es uno de los símbolos de la isla de Mallorca. Es el punto culminante de una serpenteante carretera de 18 kilómetros jalonada por espectaculares miradores. El final, como decimos, el el cabo de Formentor, que da nombre también a una pequeña península. Desde allí las vistas son únicas (y a veces también el viento). Si aún estás con ganas y fuerzas, puedes atreverte a bajar a alguna de las pequeñas calas que hay en la zona, pero ten cuidado porque la accesibilidad no es su mayor virtud. Eso sí, la recompensa es nadar en unas aguas cristalinas como nunca lo habrás hecho.
7. Portocristo.
Aunque Portocristo está junto a las ya mencionadas cuevas del Draco, es uno de los destinos a los que debes hacer una visita. Entre sus lugares de interés están la Torre del Falcons, que data del siglo XVI, los restos de la basílica de Sa Carrotja, del siglo IV; o las Cuevas Blancas, que fueron el lugar de residencia de los pescadores del pueblo hasta finales del siglo XIX y a las que se accede desde el paseo que recorre la bahía. Además, si tienes ganas de darte un chapuzón, además de la playa principal te recomendamos que vayas a Cala Petita, a unos 1.500 metros del casco urbano. Se trata de una carita virgen de arena que merece la pena conocer.
8. Cabrera.
El Archipiélago de Cabrera es uno de los espectáculos naturales más sorprendentes y menos conocidos de nuestra geografía. Puedes acceder a este Parque Nacional en barco desde la localidad de Colonia de Sant Jordi. una vez allí, disfruta de sus aguas cristalinas (con un baño por ejemplo o haciendo snorkeling), de su vegetación y de sus especies animales (sobre todo las aves).
9. Valldemossa.
Sin duda uno de los pueblos más bonitos y encantadores no solo de Mallorca, sino también de España. De origen árabe, quedarás prendado de sus calles empinadas y estrechas. Hasta allí viajaron, hospedándose en su famosa Cartuja, personajes de importancia capital de la cultura universal como el compositor Chopin (quien compuso allí parte de su obra) o escritores como Rubén Darío o Jorge Luis Borges. Y aún hoy sigue siendo lugar de residencia de reputados pintores.
10. Día en Palma.
Por último vamos a acabar nuestro ‘decálogo de excursiones’ con la capital, Palma de Mallorca. La visita a la ciudad es imprescindible y ofrece muchas alternativas de ocio. Por un lado, la catedral gótica por ejemplo y sus alrededores. Por otro la subida al Castillo de Bellver. Y para rematar, pasea por su famoso y exclusivo puerto por ejemplo, y el paseo marítimo. Aprovecha para comer en alguno de los restaurantes de la ciudad y si aún tienes ganas de marcha, quédate a explorar sus animadas noches de fin de semana.
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