Nadar en las alturas. Nadar volando. El sueño de las metrópolis del futuro sale de su estado nebuloso y toma forma gracias a proyectos como el del complejo residencial Embassy Gardens Legacy Buildings, en Londres, que entra de lleno en su segunda fase de desarrollo con el pelotazo visual de una piscina voladiza y transparente suspendida a 35 metros del suelo y que permitirá pasar a nado de un edificio a otro.
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En manos del Ballymore Group, el proyecto ha dado la vuelta al mundo tras su presentación en sociedad como el punto de salida para fijar una fecha de finalización alrededor del año 2017. Habíamos visto piscinas aéreas como las de los hoteles Avalon, en Göteborg, el Hilton Auckland, o el The Joule, en Dallas, pero ninguna tan extrema como la que el propio Ballymore se ha animado a tildar como “primicia mundial”. Sin duda, confirma un deseo por epatar, por ir más allá, por exhibirse como arquitectura espectáculo. En este caso, el desafío por retar a las leyes de la ingeniería está más que planteado. La tecnología capaz de soportar tanto metro cúbico es la clave.
Sostenida a 35 metros de altura, una verdadera sky pool de 27 metros de longitud total y 14 metros descubiertos que es la distancia que une en el décimo piso dos de los tres bloques de apartamentos residenciales con vistas al Parlamento y al London Eye. En acrílico transparente, con una carcasa de vidrio de 20 centímetros de grosor, la piscina es una pieza minimalista y sutil cuyo baño no será ni mucho menos testimonial: hasta cinco metros de anchura y tres metros de profundidad. Prohibido cerrar los ojos, el vértigo hay que dominarlo.
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La segunda entrega de este gran núcleo residencial con un edificio ya en operativo se trata del proyecto estrella del estudio británico de arquitectos HAL, aunque del diseño de la piscina se ocupan los ingenieros de Arup, con el asesoramiento especializado de los ingenieros de diseño estructural Eckersley O ‘Callaghan y los diseñadores de acuarios Reynolds. Además, en el trabajo integral están los paisajistas Camlins y el interiorismo de Luis Bustamante. Habrá zonas verdes en los niveles inferiores del complejo, así como un centro de negocios, un gimnasio, un spa y un bar en la azotea.
El Embassy Gardens Legacy Buildings forma parte del nuevo distrito Nine Elms, en el sur de Londres y junto a Battersea Power Station, una zona que ha emprendido un desarrollo urbanístico y residencial potentísimo a orillas del Támesis –el Chelsea Bridge Wharf, por ejemplo- como parte de un plan supervisado por Foster + Partners y Frank Gehry.
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