¿Quién no ha oído hablar de Little Italy y de China Town? Las películas de gángsters y mafiosos ambientadas en Nueva York han retratado con todo lujo de detalles esos barrios emblemáticos de la Gran Manzana.
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Menos conocido es Little Spain, un distrito en el que el español era la lengua madre y donde los comercios ofrecían sólo productos 100% made in Spain.
La colonia española se extendía en la parte oeste de la calle 14 de Manhattan, entre las avenidas Séptima y Octava. Allí se escenificó el sueño americano para miles de españoles que emigraron a EE UU desde los años 50 hasta los 80.
Fundada por miles de obreros y jornaleros de Galicia y del cantábrico en busca de una vida mejor, Little Spain llegó a tener entre 25.000 y 30.000 miembros. Muchos de ellos huían de la grave crisis industrial que arrasó la economía de Galicia y Asturias en la segunda mitad del siglo XIX. Otros encontraron cobijo al otro lado del océano tras los estragos de la Guerra Civil Española.
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En aquella época, la Spanish Benevolent Society, también conocida como La Nacional, era el lugar más importante de la colonia española. Era un club fundado en 1869 y que llegó a tener 9.000 miembros. Pero, sobre todo, era el primer lugar al que acudían los españoles que llegaban a Manhattan. Allí recibían algo de comida y ayuda para buscar trabajo.
En 1902 se construyó Nuestra Señora de Guadalupe, una iglesia en la que se oficiaban misas en español y se celebraban bodas, bautizos y funerales.
La vida en la Pequeña España está llena de anécdotas protagonizadas por personajes anónimos o famosos. Personalidades tan importantes como Picasso, Dalí o Buñuel pasaron por las estancias de La Nacional. Cuentan incluso que Federico García Lorca escribió Poeta en Nueva York en una de sus habitaciones.
En los años 50 y 60, la Calle 14 estaba llena de negocios textiles, librerías y restaurantes españoles, esenciales para el desarrollo del barrio. Ultramarinos como Casa Moneo importaban productos españoles, desde el bacalao hasta el chorizo. Un truco culinario para engañar la morriña. La Iberia vendía ropa española de primera calidad, mientras que El Faro o El Coruña cocinaban especialidades españolas.
Durante casi 50 años, es decir entre 1898 y 1945, la española fue una de las culturas predominantes en Nueva York. Con la entrada de inmigración latinoamericana y el auge del consumo de drogas, comenzó el declive de este barrio, a finales de los años 80.
En los 90, cuando la identidad de Little Spain se estaba desintegrando, el mítico edificio de La Nacional estuvo a punto de ser derruido. Finalmente, se consiguió salvarlo y en él se refundó un nuevo Centro Español, una asociación y una nueva Spanish Benevolent Society.
Hace cuatro años, un documental dirigido por el director de este centro, Artur Balder, recuperó más de 130 años de historia, a través de ocho entrevistas y más de 400 fotografías. Robert Sanfiz, secretario La Nacional, ayudó a Balder acceder a parte del archivo, una auténtica mina para la recuperación histórica de la memoria de la colonia española de Nueva York.
Si quieres conocer más sobre la ciudad que nunca duerme no dudes en visitar nuestra sección qué ver en Nueva York
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