Hoteles espaciales. Y especiales. La carrera espacial era, hace unos años, la expresión más definitiva de una competición a escala planetaria por demostrar quién la tenía más larga. Las megapotencias dejaron atrás la Guerra Fría y la Guerra de las Galaxias y, en una nueva era política y tecnológica, el espacio es una conquista de intereses privados en la que los particulares más millonetis pueden cumplir el capricho de ponerse en órbita a bordo de hoteles espaciales. Este turismo espacial que nos traslada a una de las últimas fronteras ya fue anticipado por Barron Hilton en 1967. No es ciencia-ficción, aunque los prototipos y experimentos no terminan de hacerse realidad. Este es el actual estado de las cosas. Fly me to the moon…
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1. Virgin Galactic
Si hay un macho alfa en esto de los hoteles espaciales ese es el británico Richard Branson, magnate siempre involucrado en proyectos extremos de todo tipo y que sigue empeñado en su personal conquista de los cielos a golpe de titulares. Su compañía Virgin Galactic consiguió que en 2012 la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos le diera luz verde para su primer lanzamiento experimental previo a los viajes tripulados. La nave SpaceShipTwo se estrelló en el desierto de Mojave durante su cuarto vuelo de prueba, resultando muerto el piloto, pero la terquedad de Branson hizo que se empezara a proyectar la VSS Voyager y hasta un hotel lunar con diseño a lo Tubular Bells dentro su filial Virgin Buildings. Muchas promesas, pero pocos y muy desalentadores resultados.
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2. Galactic Suite SpaceResort
Esto va en serio y además en casa porque la compañía del arquitecto Xavier Claramunt, con sede en Barcelona, pasa por conseguir ser la primera cadena de hoteles espaciales y la primera en hacer realidad, y asequible, eso del turismo más allá de la estratosfera. Para el nacimiento del “homo spaciens” del que habla Claramunt, Galactic Suite Group programó para el año pasado terminar su resort espacial que se pondría en órbita a unos 500 kilómetros de la tierra. Los huéspedes darían una vuelta al mundo cada 90 minutos, con lo que contemplarían hasta 16 atardeceres todos los días. La aspiración es incluso fundar una colonia en Marte.
3. Bigelow Aerospace
Probablemente, los hoteles que podrían ser más fiables hasta la fecha. La compañía fundada por el potentado hotelero Robert Bigelow se dedica a planear una estación espacial dedicada al turismo. En 2006 puso en órbita el módulo Geminis I antes de lanzar el Geminis II. Para este 2015 se proyectó la inauguración de la estación CSS Skywalker (Comercial Space Station Skywalker), formada por unos resistentes módulos expandibles B-330 que, acoplados al cohete Soundancer, permitiría a los huéspedes disfrutar de viajes muy flexibles y cortos de entre 10 y 60 días de órbita.
4. Space Island Project
Otra de las empresas involucradas en la carrera por comercializar el turismo espacial, Space Island Group, pretende liderarla con mucha carga de seguridad y operaciones low cost embarcándose en este proyecto de infraestructura espacial autónoma que, en órbita terrestre baja (de 400 a 500 kilómetros por encima de la Tierra), utiliza tecnología desarrollada por la NASA. Las estaciones habitadas tendrían distintos grados de gravedad, permaneciendo los turistas en áreas de gravedad parcial, y todo tipo de servicios e instalaciones sociales. Entre ellas, un hotel diseñado por Steven Blaess perfectamente acondicionado a la ingravidez y la toxicidad.
5. Moon Hotel
No tenemos muchas esperanzas de que este prototipo de “hotel lunático” llegue a ser un hotel de verdad, pero de ilusión también se vive, en este caso la ilusión del arquitecto holandés Hans-Jurgen Rombaut que es el responsable de tan futurista diseño que, en un principio, fue bien recibido por la LUNEX (Sociedad International de Exploradores Lunares) y que llegó a fijar en 2015 la muy optimista fecha para empezar con las obras en suelo lunar. Lo interesante del reto arquitectónico es superar la gravedad diferencial y la ausencia de viento, con lo que la aparente fragilidad del edificio estaría justificada: dos torres con forma de agujas de 160 metros de alto elevadas al borde de un impresionante cañón lunar. Los materiales serían fabricados en la misma Luna.
6. Space Hotel Shimizu
Esta compañía japonesa especializada en megaproyectos no se corta ni repara en imaginación grandilocuente con la presentación, entre otros diseños que incluyen una base lunar, de este hotel espacial que estaría alimentado por energía solar. A pesar de su increíble aspecto exterior con un ascensor de 240 metros que conecta la estación espacial con el anillo en el que se distribuyen las habitaciones, el hotel respondería a una estructura más o menos convencional con su lobby y todo, aunque estaría desprovisto de gravedad. Por tanto, los huéspedes estarían sujetos a un estricto programa de entrenamiento espacial. Además, si se aburren de unas vistas difíciles de olvidar, siempre pueden matar el tiempo en el área recreativa.
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