Florencia, la cuna del Renacimiento, es una ciudad de arte, una de las ciudades más bellas del mundo. Un auténtico museo al aire libre con tanta belleza y tantas obras de arte que llega a embotar los sentidos. Merece la pena visitar Florencia.
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«Había llegado a ese punto de emoción en el que se encuentran las sensaciones celestes dadas por las Bellas Artes y los sentimientos apasionados. Saliendo de Santa Croce, me latía el corazón, la vida estaba agotada en mí, andaba con miedo a caerme». Quién así habla es Stendhal, el famoso escritor, intelectual y viajero del siglo XIX, al visitar en 1817 la Basílica de la Santa Cruz, sin sospechar que daría nombre a una sensación que, a muchos antes y después que él, sacude cuando se visita Florencia, que probablemente sea la ciudad con mayor número de obras de arte por metro cuadrado del mundo.
Pero, ¿qué es exactamente el Síndrome de Stendhal? Y, ¿sabías que se le conoce también como el “Síndrome de Florencia” o “el estrés del viajero”? Pues se trata de una enfermedad psicosomática que causa un elevado ritmo cardíaco, vértigo, confusión, temblor, palpitaciones, depresiones e incluso alucinaciones cuando somos expuesto a obras de arte, especialmente cuando éstas son particularmente bellas o están expuestas en gran número en un mismo lugar: como en Florencia, Cuna del renacimiento, patrimonio de la humanidad según la UNESCO, ciudad de extraordinarios museos, además de iglesias, palacios, villas, que, además, en estos primeros meses del año tiene un aire calmado y tranquilo, ideal para descubrir todos sus secretos: la Galería de los Uffizi y su repertorio de maestros renacentistas, el David de Miguel Ángel en el Museo de la Academia, la cúpula de la Basílica de Santa María dei Fiore, el famoso Arno, el Ponte Vecchio, la Piazza del Mercato Centrale…
La Galería de los Uffizi es todo un básico, fundada en el siglo XVI en un bello palacio y que tiene una de las mejores colecciones mundiales de pintura italiana y europea del periodo entre el siglo XIII al XVIII: Botticelli, Miguel Ángel, Leonardo da Vinci, Rafael… son solo algunos de los grandes maestros. El Palazzo Pitti ha sido la residencia real de tres dinastías -los Médicis, los Lorena y los Saboya-, y alberga actualmente importante colecciones de pintura y escultura, objetos artísticos, porcelanas y un museo de trajes. El complejo, que ha conservado perfectamente su atmósfera histórica, incluye los Jardines de Bóboli, uno de los primeros y más famosos jardines a la italiana, proyectado por Tribolo en 1549 y a continuación por Ammannati y Buontalenti.
El icono más reconocible de la ciudad es la escultura del David de Miguel Ángel, en la Galería de la Academia. Pero no es la única obra del genial artista que se encuentran en la ciudad: destacan la tumbas de los Médicis (Cappelle Medicee) y la Biblioteca Laurenziana. Un recorrido obligatorio es el que hay que realizar por la Piazza San Giovanni y el Ponte Vecchio, el puente más antiguo de la ciudad, con sus típicas tiendas y talleres de joyería. La plaza está dominada por la catedral gótica de Santa Maria del Fiore (conocida como el Duomo), rematada por la magnífica cúpula de Brunelleschi. A la derecha de la catedral se alza el campanario, proyectado por Giotto en 1334. Frente al Duomo, el Baptisterio de San Juan (1128) de estilo románico florentino, recubierto con mármol blanco y verde. Dejando Plaza San Giovanni a las espaldas encontramos Via de Calzaioli, una de las calles más elegantes de Florencia, que une directamente la Catedral con plaza della Signoria donde está el Palazzo Vecchio, el edificio civil más importante de Florencia y sede del ayuntamiento. En la plaza se encuentran también la Loggia de los Lanzi que alberga importantes esculturas entre las que destaca el Perseo de Cellini y el Rapto de las Sabinas de Giambologna.
Y también es Florencia un lugar estupendo para ir de shopping. Además de la cantidad de estupendos outlets de las afueras de la ciudad, en el centro las calles más comerciales son Via Tornabuoni, Via Calzaiuoli y la Piazza della Repubblica, y los mercados más coloridos y populares son los el Mercado de San Lorenzo, el Mercado de Sant’Ambrogio, y los mercados semanales de Le Cascine -cada martes-, y el mercado del Porcellino. Y, desde luego, perseguir nuestro propio síndrome de Stendhal tal vez en la Piazza della Santissima Annunziata, donde está el impresionante Spedale degli Innocenti, el hospital en funcionamiento más antiguo de Europa, obra de Filippo Brunelleschi, o ante un magnífico chianti en la piazza dei Mercatto Centrale. ¡Buen viaje!
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