Areia Vermelha - Maresia Tour
Tal vez es uno de los lugares más especiales del planeta y seguramente, uno de los más deseados por ser un rincón exclusivo que solo unos pocos tienen el placer de disfrutar. Se trata de Areia Vermelha, una pequeña isla situada frente a las costas de Brasil, a unos dos kilómetros de la ciudad de João Pessoa.
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Seguramente su nombre te resulta desconocido y es muy probable que ello se deba a su carácter eventual pues este pequeño oasis en medio del mar no existe siempre. De hecho, solo sale a luz cuando baja la marea y por tanto, solo puede visitarse entre quince y veinte días al mes.
Lo cierto es que Areia Vermelha es tan solo un banco de arena (de ahí su nombre: Isla de Arena Roja) de dos kilómetros de extensión, que sin embargo atrae a cientos de turistas deseosos de pisar algo que saben que va a ser engullido por el mar.
Otro de sus principales atractivos son los corales sobre los que se asienta. Se trata de un área natural espectacular, de aguas cristalinas y calmadas que tienen una temperatura media de 24º. Sin duda, si te gusta bucear no puedes perderte esta maravilla, que además ofrece unas vistas inigualables de la ciudad de João Pessoa.
Para llegar a Areia Vermelha tienes que coger un barco desde João Pessoa (cuesta cerca de diez dólares) y hacerlo muy temprano para disfrutar el máximo tiempo posible, pues al medio día las embarcaciones comienzan a regresar a tierra firme. Otra opción, cuando al marea se encuentra muy baja, es llegar a pie hasta isla, pero en este caso te recomendamos que lo consultes con los habitantes de la ciudad.
La diversión en esta pequeña isla está asegurada ya que hay embarcaciones que ofrecen servicios de bar, tanto para comer como para beber, que hacen la experiencia aún más recomendable. No puedes irte de aquí sin comer el tradicional cangrejo de coco mientras disfrutas de la tranquilidad de estar en un paraíso en medio de la nada.
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Un lugar bastante desconocido pero muy recomendable; tuve la suerte de llegar a JP en una época de buenas mareas y disfrutarla unas 2-3 horitas. Puede combinarse después con un atardecer en la Praia do Jacaré (también en Cabedelo) al son del Bolero de Ravel por Jurandy do Sax. ¡Bellísima Paraíba!