El actual presidente de EE.UU, Donald Trump, fue conocido durante toda su campaña por su marcado carácter patriotico. Ha explotado hasta la saciedad el eslógan: «Make America great again» y no era de extrañar que tomara alguna medida en contra de los productos extranjeros.
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Esta vez le ha tocado el turno a España. Si bien antes habían sido otras nacionalidades y religiones, en esta ocasión Donald Trump ha decidido que los productos de origen español no podrán ser comercializados en Estados Unidos. ¿La razón?: los productos extranjeros suponen una amenaza para el mercado interno estadounidense.
«No podemos permitir que alimentos como el jamón o el aceite de oliva quiten el puesto a nuestro bacon y mantequilla. Simplemente es inadmisible.» Ha declarado el nuevo presidente de Estados Unidos. «A ver, se que no podemos quitarlos del todo pero voy a subir los impuestos hasta que no quieran traerlos más.», ha continuado.
Los periodistas le han espetado que EE.UU ha extendido su gastronomía por todo el mundo y siempre ha sido aceptada, a lo que ha contestado con una pregunta: «¿a quién no le gusta una buena hamburguesa?. Además, en McDonalds te salen muy baratas, no como el aceite de oliva ese, que yo lo puedo comprar pero la gente normal no.»
Tras el revuelo que se armó por esta decisión, Trump se ha suavizado un poco y ha matizado que la medida entrará en vigor al finalizar las fiestas porque «el jamón está muy rico y queda muy bien en la mesa de nochevieja».
«Si seguimos permitiendo tantos productos españoles esto se va a llenar de bares y ¿dónde quedarán nuestras hamburgueserías?». Y así ha dado por concluido el discurso, entre una gran ovación por parte de sus seguidores.
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