Una escapada perfecta en estas fechas es Londres para conocer y disfrutar la capital en la época más especial, la Navidad. Durante el mes de diciembre la ciudad decora sus calles, retoma tradiciones y entona acordes para llevar a cabo una celebración única.
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En un viaje de dos o tres días a la capital británica se puede aprovechar al máximo el tiempo y elegir los regalos perfectos. La puerta más rápida para llegar es el aeropuerto London City Airport (LCY), situado en el mismo Londres y a menos de 25 minutos de los mejores lugares de Europa para el shopping navideño. LCY se presenta en esta época como la conexión perfecta para conocer Londres con sus tradiciones pasadas, los encuentros presentes e ilusiones futuras.
La primera parada será viajar al pasado; el Museo Geffrye, como cada año llegado diciembre, decora sus salas con el espíritu navideño que se remonta hasta 400 años de antigüedad. Aquí se puede observar cómo estaban decoradas las casas londinenses desde el siglo XVIII hasta nuestros días. Una de las grandes tradiciones navideñas son los cantos de Navidad y para ello habrá que hacer una visita a la Catedral de Saint Paul o a la Abadía de Westminster, para así deleitar los oídos con melódicas voces y los villancicos más tradicionales. Al pasar por Trafalgar Square, no pasa inadvertido el gran abeto instalado en la plaza, que también tiene su historia ya que se trata de un regalo que cada año hace Noruega a Londres desde 1947 tras la ayuda británica en la Segunda Guerra Mundial. Tradición y hermanamiento se aúnan en unas fechas tan especiales.
Navidad también es época de compras y “shopping” en Londres significa acudir al mítico establecimiento Harrods para comprar los regalos de última hora. Sin olvidar hacer una visita obligada a Santa Claus independientemente de la edad que se tenga para transmitirle los deseos, esperanzas e ilusiones.
La decoración en las calles más emblemáticas como Oxford Street, Regent Street, Carnaby Street y Bond Street, hace regresar al presente, con un espectáculo de luces y formas que envuelven los paseos de los visitantes por las tiendas más conocidas del mundo.
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Cuando el sol se esconde el frío se hace más intenso y la mejor forma de combatirlo es acercarse a un mercadillo navideño y pedir un “mulled wine” (vino caliente especiado) para entrar en calor. El mercado de Convent Garden se engalana con la mejor decoración y ofrece una exquisita oferta gastronómica. Hyde Park hace una llamada a la diversión en estas fechas y allí se encuentra “Winter Wonderland”, un mercadillo temporal, que satisface a los más pequeños con increíbles esculturas de hielo, atracciones de toda la vida, actuaciones circenses, un bar helado y la típica pista de hielo que se llena de carcajadas y corazones valientes.
En estas fechas, las pistas de hielo se encuentran repartidas por los sitios más representativos de la ciudad, como es London Eye, el Museo de Historia Natural o en Somerset House. Y una vez de vuelta, en el aeropuerto puedes terminar tus compras. London City Airport cuenta con todos los básicos para regalar souvenirs, pastas y tés ingleses, licores, ropa e incluso joyas. Algunas de las tiendas de la terminal son Aleia Duty Free, WHSmith o la joyería Links of London. Una vez rematadas las compras, volver a casa será para terminar los preparativos de una futura (pero próxima) Navidad que será muy diferente y especial.
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