Parecen búnkeres, pero en realidad son casas. En Coober Pedy, un pueblo en el sur de Australia, lo que se estila es vivir bajo tierra. Y parece que no les va mal a los cerca de 2.000 los habitantes, gran parte de ellos aborígenes, que viven en esta aldea subterránea.
La razón de tan peculiar organización urbanística: el calor. Las temperatura en estas latitudes puede llegar a los 50 grados a la sombra. De ahí que los lugareños hayan tenido que buscar un refugio fuera de lo normal, en construcciones que los aborígenes llaman dugouts.
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Los moradores de este pueblo se dedican en su mayoría a la minería. Aquí se encuentra uno de los yacimientos de ópalo más grandes del mundo, que atrajo a inmigrantes de todos los puntos del planeta, sobre todo yugoslavos y serbios. Ellos fueron los primeros en vivir bajo tierra, aprovechando los túneles que excavaban para encontrar ópalo.
Hoy en Coober Pedy conviven más de 45 nacionalidades distintas. Fundado hace un siglo, está organizado alrededor de una tupida red de túneles subterráneos que conectan las viviendas. Esta minuciosa planificación recuerda a los hormigueros.
Algunas casas están a más de 7 metros de profundidad. A pesar de eso, cuentan con todas las comodidades: son amplias, espaciosas, aunque la luminosidad no es su punto fuerte. Las cocinas y los baños tienen un sistema de ventilación sencillo; en el caso de los alcantarillados, la estructura es algo más compleja.
Este pueblo, originariamente minero, se ha convertido en los últimos años en un destino turístico muy cotizado entre los viajeros. Coober Pedy ya tiene museos, tiendas y hasta un hotel. Es el Desert Cave Hotel, equipado con gimnasio, sauna, restaurante italiano, bodega, tienda souvenirs y taller de ópalos.
Los serbios fueron pioneros al construir la primera Iglesia Serbia subterránea con paredes de tierra compacta. Sería la primera de muchos templos subterráneos, dedicados a las diferentes religiones que practicaban los mineros.
Un detalle curioso: hay incluso un campo de golf, que sólo se utiliza de noche para evitar el calor. Coober Pedy también ha servido de escenario para muchas películas, como Mad Max, más allá de la Cúpula del Trueno, protagonizada por Mel Gibson y Tina Turner.
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