Siempre pensamos en los puentes oficiales y en los días de vacaciones a lo largo del año como la única y esperada oportunidad de hacer turismo y conocer lugares de ensueño. Pero para los viajeros de espíritu y vocación existen oportunidades de ocio… ¡todas las semanas!
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Sólo necesitamos ilusión, ganas de pasarlo bien y una propuesta de viaje planificada y acorde a los dos días y medio de los que disponemos en cada fin de semana. Desde El Viajero Fisgón os proponemos una escapada exprés a Cantabria: un lugar donde, además de la elegancia señorial de su capital, se dan cita naturaleza, gastronomía y enclaves con encanto de otras épocas… incluso prehistóricas.
Es viernes por la tarde y, tras unas horas de viaje, comienza por fin nuestra estancia en esta preciosa comunidad autónoma. Como quizá estemos algo cansados, qué mejor que pasear sin prisas por la ciudad de Santander, donde nos alojaremos durante este fabuloso fin de semana. Esta ciudad de casi 200.000 habitantes es el perfecto ejemplo del señorío que habita en históricas construcciones de la primera mitad del siglo pasado como el Palacio Real de la Magdalena –cuya visita reservaremos para la jornada del domingo-, el Hotel Real y El Gran Casino, entre otros encantadores edificios.
En este paseo por la capital cántabra, no debemos perder la oportunidad de caminar por sus calles y avenidas más emblemáticas… Reina Victoria, Pereda y Castelar. Y, cómo no, por el elegante paseo marítimo sobre la playa de El Sardinero.
Amanece nuestro segundo día en Cantabria y, por las horas disponibles, el sábado es nuestra jornada estrella para hacer turismo… Mañana y tarde por delante para iniciar ruta por carretera en dirección a Asturias.
Primera parada: Santillana del Mar, un enclave de mágico encanto medieval recorrido por cuidadas calles empedradas y joyas de arquitectura románica como la Colegiata de Santa Juliana, así como de palacetes renacentistas y destacadas construcciones barrocas. A las afueras, podemos encontrar las famosísimas Cuevas de Altamira, conocidas como la ‘Capilla Sixtina’ del arte rupestre y declaradas Patrimonio de la Humanidad. Cerradas al público en 2002, por motivos de preservación, podemos visitar sin embargo una atractiva réplica de sus espacios y pinturas más representativas en la llamada ‘Neocueva’, en el interior del Museo de Altamira.
Segunda parada: Comillas, un municipio costero de aire aristocrático y modernista gracias al impulso que le otorgó, a finales del siglo XIX, el Marqués de Comillas. Arropada por un paisaje de excepción, esta localidad nos sorprende con ‘El Capricho’, una destacada obra del arquitecto catalán Antonio Gaudí, así como con la imponente Universidad Pontificia y el Palacio neogótico de Sobrellano.
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Tercera parada: San Vicente de la Barquera. Además de ser conocida como la ‘patria chica’ de David Bustamante, esta localidad cántabra ofrece al visitante el majestuoso entorno del Parque Natural de Oyambre, esculpido por acantilados, playas, dunas, marismas, rías y sierras costeras. Además, su concurrido puerto pesquero –uno de los más destacados de la región- confiere a San Vicente de la Barquera un singular ambiente marinero y el título de una de ‘Las Cuatro Villas de la Costa de la Mar’, junto a Santander, Castro-Urdiales y Laredo.
Última parada: La Cueva de El Soplao. Muy cerca de San Vicente de la Barquera, nos espera un enclave único y extraordinario, referencia de la espeleología mundial. Esta cueva, situada en un paisaje de antigua explotación minera entre los municipios de Herrerías, Valdáliga y Rionansa, nos sorprenderá con impresionantes escenarios en los que caprichosas formaciones orgánicas desafían a la gravedad y colonizan suelos, techos y paredes de asombrosas galerías subterráneas.
Y de vuelta ya a la superficie, es momento de emprender el camino de vuelta hacia Santander… Sólo 83 kilómetros nos separan de una merecida noche de descanso.
Suena el despertador, pero hoy es domingo y nuestra oficina se traslada a un majestuoso Palacio de 1912 que sirvió de residencia de verano a los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia, como regalo de la ciudad de Santander a los monarcas. En la actualidad, esta señorial construcción es la sede de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y, como curiosidad, sirvió de escenario natural hace sólo unos años a la exitosa serie de televisión ‘Gran Hotel’.
Con la visita a la Península y el Palacio de la Magdalena, uno de los iconos de la ciudad de Santander, nos preparamos para regresar a casa en este fin de semana en el que volvemos con la mochila repleta de imágenes, sensaciones y recuerdos suficientes para afrontar varias semanas de trabajo.
Pero… ¿A dónde vamos el próximo fin de semana? Posiblemente a dar una vuelta por las mejores playas de Cantabria, ¿no?
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