Broadway, El teatro del mundo

Broadway es la avenida que, de norte a sur y a lo largo de 21 kilómetros (y que atraviesa, además, tres kilómetros por el barrio del Bronx para terminar en el pueblo de Sleepy Hollow, treinta kilómetros al norte de Nueva York) corta como un cuchillo la isla de Manhattan y, junto con la Quinta Avenida, es la calle más famosa de la Gran Manzana y la protagonista de los sueños de miles de actores, actrices y toda condición de aspirantes a serlo en las cuatro esquinas del mundo. Decir Broadway es decir teatros, luces de neón, carteles inmensos en los que la fama puede durar un segundo o toda la vida, y colas de espectadores ante las taquillas. Broadway es puro espectáculo al más puro estilo americano: inolvidable.

Lo que entendemos todos por Broadway es el dédalo de calles que se extiende en un núcleo de manzanas alrededor de Times Square. Hay más de cuarenta teatros en este “circuito de Broadway”, los más importantes en la W44th St (los grandes cines están en la  W42nd St), por los que han pasado todas las estrellas del espectáculo que se nos puedan ocurrir: desde Ricky Martin a Groucho Marx pasando por Woody Allen, Marlon Brando, Antonio Banderas…

En Manhattan existen otros circuitos de teatro con menor prestigio, llamados Off-Broadway (fuera de Broadway) y Off-off-Broadway (fuera de fuera de Broadway). Y es que, generalmente, el término Broadway no sólo se refiere a los teatros de esa zona de la ciudad, sino también a las producciones más espectaculares y costosas. Por eso, se acuñó la expresión Off Broadway para definir a las compañías más modestas. Muchos de esos teatros pequeños se encuentran en Lower Manhattan, sobre todo en el Village, aunque algunos pueden ser calificados de Off Broadway estando al lado mismo de Broadway.

Aún con tanta oferta, los precios son elevados: y es que los costes de las producciones pueden llegar a ser similares a los de un éxito de Hollywood, y no es extraño que superen las decenas de millones de dólares. Por eso, las butacas no suelen bajar de 90 dólares, y no es nada raro que en taquilla no bajen de 200. Las localidades más baratas son las de “rear mezzanine”, o trasera de anfiteatro. Las de “front mezzanine”, sólo un poco más caras, quedan más cerca del escenario. En la mayoría de los teatros, se ve y escucha bien desde “mezzanine”, pero es una lotería. Junto a las taquillas, hay un plano que muestra la situación de cada localidad.

La mejor manera de encontrar precios asequibles es hacerlo en Internet o, una vez en Nueva York, acercarse a comprobar si hay ofertas de entradas de última hora en la caseta de TKTS (calle 47th entre Broadway y la 7a avenida), donde no es raro encontrar entradas para el mismo día con descuentos que pueden llegar a la mitad del precio original, o en las mismas taquillas del teatro a primera hora de la mañana, donde a veces ponen a la venta algunas localidades -llamadas rush tickets– e, incluso, localidades para ver la obra de pie -las famosas Standing Room Only. Las taquillas de los teatros suelen estar abiertas, para adquirir entradas con antelación o para el mismo día, entre 10.00 h y 20.00 h (de 12.00 h a 18.00 h los domingos).

Y en este momento, ¿cuáles son los espectáculos más destacables? Aunque cualquiera de los que se programan son una apuesta segura de buen hacer teatral -nadie como los estadounidenses para el show business-, destacan sobre todo grandes éxitos como The Lion King (en el Minskoff Theatre, 200 West 45th, minskofftheatre.com), Les Miserables (en el Imperial Theatre, 249 West 45th, hwww.imperialtheater.net), Mamma Mía! (en el Broadhurst Theatre, 235 West 44th, www.shubertorganization.com/theatres/broadhurst.asp), Wicked (Gershwin Theatre,
222 West 51st, gershwintheatre.com) o The Book of Mormon (en el Eugene O’Neill Theatre, 230 West 49^th, www.bookofmormonbroadway.com), que ganó nueve premios Tony en 2011. ¡Buen viaje!

 
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