Los pasajeros del Boeing 737 de la compañía estadounidense Delta vivieron este fin de semana, a bordo del avión que cubría la ruta Seattle-Pekín, uno de los momentos más complicados de su vida. Y es que tras una hora de vuelo, sobre el océano Pacífico, un hombre de 23 años de Florida, Joseph Hudek, se levantó de su asiento (viajaba en primera clase) e intentó abrir la puerta delantera del avión.
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Rápidamente dos de las azafatas de la aerolínea americana se abalanzaron sobre el chico y empezaron a forcejear con él. Una de ellas, incluso llegó a golpear a Hudek con dos botellas de vino en la cabeza, rompiendo una de ellas. Aun así el joven siguió forcejeando: “No pareció afectado por la rotura en su cabeza de una botella de vino de un litro”, explicaba una de las azafatas al bajar de la aeronave.
Los demás pasajeros también colaboraron a la hora de reducir al hombre. Tuvieron que maniatarle con bridas para que no se moviera. Además, el comandante decidió dar la vuelta y volver al aeropuerto de Seattle por el incidente, dónde esperaban las autoridades.
Una de las azafatas explicó a los medios de comunicación que Joseph Hudek consiguió mover la palanca, aunque no pudo desbloquear la puerta finalmente gracias a la rápida intervención del personal a bordo.
Ya en tierra fue detenido por la policía y un tribunal de Seattle le ha acusado formalmente de interferir con la tripulación de un vuelo. Seguirá detenido al menos toda la semana, aunque saldrá en libertad bajo fianza, según explican fuentes judiciales americanas.
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