Viajeros de todo el mundo ponen rumbo al lejano Norte para contemplar uno de los mayores espectáculos de la Naturaleza: la vida de las ballenas en su elemento natural.
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Entre los meses de mayo y octubre Islandia, un paraíso de la sostenibilidad donde la Naturaleza marca el ritmo cotidiano de la vida y es uno de sus mayores atractivos, se convierte en meca para los viajeros gracias a que, en esta época, es cuando el espectáculo de la contemplación de las ballenas alcanza su plenitud. Las aguas que rodean la isla son un santuario para estos inmensos mamíferos y, también, para delfines, marsopas o focas, que también son visibles en esta temporada del año.
La gran cantidad de especies, además de las favorables condiciones climatológicas y marinas, hacen que el norte de Islandia sean una de las mejores zonas del mundo donde poder contemplar a las ballenas en libertad. Las bahías de Skjálfandi y Eyjafjörður son ideales para realizar una excursión de un día de duración y lanzarse al mar: se puede incluso realizar estas excursiones en las embarcaciones tradicionales que empleaban los pescadores hasta bien entrado el siglo XX, unos botes de madera de roble que solo pueden verse en esta zona.
Húsavik es el punto de partida idóneo para lanzarse a la aventura. Bañado por la bahía de Skjálfandi. el pueblo, de poco más de dos mil habitantes, es considerado “la capital de las ballenas”: su vida gira en torno a la industria pesquera y, en los últimos años, del turismo. En el pueblo se puede visitar el museo dedicado a estos animales y otros lugares de interés como su iglesia construida en el año 1907, o el museo de historia natural.
Hay varias empresas dedicadas a transportar a los visitantes por las aguas de la bahía e incluso de mar abierto –North Sailing (www.northsailing.is), o Gentle Giants (www.gentlegiants.is) son dos de ellas- dedicadas a satisfacer las necesidades de los visitantes. Las travesías, que tienen una duración de unas tres horas, recorren estas aguas, ricas en nutrientes, ideales para el crecimiento de los ballenatos.
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Sin salir del norte del país, hay que aprovechar la visita para conocer Akureyri, población con cerca de trece mil habitantes a la que se accede por un largo puente; la cascada Dettifoss, el mayor salto de agua de Europa, las espectaculares formaciones de roca del cañón Asbyrgi o el lago Myvatn. ¡Buen viaje!
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