Información de bodas de Las Vegas (Shawn Harquail, Foter)
Las Vegas es un gran paréntesis geográfico y también conductual. Territorio único en el mundo abonado al “donde todo puede pasar”. El visitante juega, se emborracha, hace fotos, vuelve a jugar, asiste a espectáculos y a musicales, sigue jugando, y se casa. Casarse en Las Vegas es una de esas cosas que casi todo mortal sueña con hacer en su vida, aunque sólo se piense en broma durante unos segundos de debilidad mental. Pero es que casarse en Las Vegas tiene sus ventajas.
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1. Sin esperas
Mientras no sea San Valentín o Fin de Año, casarse en Las Vegas es bien fácil. La gran oferta de capillas en las que se celebran las ceremonias y la rapidez de las mismas, hace que no se tenga que reservar cita con meses de antelación, uno de los granes inconvenientes de las bodas convencionales. Por eso se puede uno casar de un día para otro. De un minuto para otro, mejor dicho.
2. Sin cuñados
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Si bien hay posibilidad de reunir grupos numerosos, lo habitual en Las Vegas es que las bodas sean a pequeña escala. Los novios, algún amiguete y poco más. Es una ventaja definitiva, no tener que invitar por compromiso a gente con la que no querrías compartir ni un viaje en ascensor.
3. Sin dispendios
El presupuesto es a la postre el gran condicionante de una boda. En Las Vegas es posible casarse por unos 60 dólares que cuesta la licencia matrimonial más lo que uno quiera gastarse en vestuario, tematización y convite, a menudo improvisado. Depende de las ganas que se tengan de complicarse la existencia porque por unos pocos cientos de dólares puedes tener una boda de locura.
4. Bodas express
Más de lo mismo. No sólo no tienes que aguantar interminables listas de espera sino que la misma ceremonia apenas puede durar media hora. Esto funciona como en la carnicería: coger ticket, casarte, comerte una hamburguesa, volver al casino a arruinarte y celebrar la noche de bodas. Todo en un rato.
5. A la carta
Por muchas ventajas prácticas que tenga casarse en Las Vegas, en el fondo este ritual triunfa porque vale todo. Las capillas no son precisamente muy estrictas con la seriedad de los oficios, sean o no religiosos. Están las bodas temáticas para poder casarse, por ejemplo, disfrazados de Elvis y Marilyn, sin especificar el sexo, pero también están las bodas drive-thru en las que ni siquiera tienes que bajarte del coche, ya que estamos un precioso Cadillac rosa.
6. Trajes y vestidos baratos
La posibilidad de que el alquiler del vestido e incluso el de un esmoquin esté tirado en comparación con los precios que habría que afrontar en una boda normal es toda una ventaja. Además, ya hemos dicho que no hay razón para limitarse a un código de vestimenta específico. Libertad total.
7. Bodas con nocturnidad y alevosía
El caso es pasarlo bien. Con el objetivo bien claro, en Las Vegas apetece casarse de noche, en plan arrebato. Algunas bodas están más o menos planeadas, pero las más divertidas son las que se improvisan al calor de una buena juerga. Al día siguiente, ya se verá…
8. Arrepentirse es más fácil
Pues eso, el peligro del día siguiente. Pues la mayor de las ventajas de casarse en Las Vegas es que si hay arrepentimiento, al llegar a España se puede obviar el trámite de confirmar la boda para que tenga validez. Pero Las Vegas cuenta con una ventaja extra: las bodas de coña. Existe el servicio de bodas simuladas, sin validez, pensadas para el por si acaso.
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