El cambio climático amenaza seriamente nuestro planeta, que experimenta con cada vez más frecuencia fenómenos meteorológicos extremos. Estos a su vez obligan tanto los seres humanos, como la fauna y la flora terrestre a luchar contra las adversidades que el calentamiento global está provocando en sus hábitats. Estas son las principales consecuencias del cambio climático, ante las que no sirve de nada mirar para otro lado.
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Según la revista médica británica The Lancet, entre 2000 y el 2016 el número de personas afectadas por las olas de calor aumentó en 125 millones, alcanzando el récord de 175 millones de individuos en 2015. Las olas de calor pueden provocar estrés térmico e insuficiencia renal debido a la deshidratación, o incluso agravar una eventual insuficiencia cardíaca. Además, el aumento de las temperaturas ha hecho caer la productividad laboral en las zonas rurales un 5,3%. Es una de las consecuencias más evidentes del cambio climático.
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Entre 2000 y 2016, el número de desastres relacionados con el clima aumentó en un 46%, según muchos investigadores. Esto se traduce en más huracanes, inundaciones y sequías. Aunque no todos los expertos se ponen de acuerdo sobre si es una de las consecuencias directas del cambio climático, son muchas las voces que alertan del peligro que puede suponer el aumento de la frecuencia y la gravedad de estos desastres naturales.
Algunos expertos prevén que para el año 2100 el nivel del mar crecerá un metro, lo que pone en riesgo de inundación decenas de ciudades del planeta como Shangai, Osaka, Río de Janeiro y Sidney. Más de 275 millones de personas serían obligadas a desplazarse por las inundaciones, que afectarían especialmente a las grandes metrópolis del sureste asiático. Cabe destacar que 7 de estas ciudades están en Filipinas, país tradicionalmente castigado por numerosos desastres naturales. Es otra de las gravísimas consecuencias del cambio climático.
El cambio climático está causando que se derrita la capa de hielo en los polos. Una de las consecuencias es que cerca de 125 lagos en el Ártico han desaparecido por el deshielo de la capa que está debajo de ellos. Cuando un lago desaparece, todo el ecosistema de la región se destruye y se producen daños medioambientales irreparables.
Este fenómeno es especialmente recurrente en los países del hemisferio norte, como Estados Unidos. Algunos científicos creen que el incremento en la cantidad de incendios en los bosques podría ser una de las consecuencias del cambio climático y del consiguiente derretimiento temprano de la nieve. Esto provoca que los bosques estén secos y por eso sean más propensos a incendiarse.
Un nuevo estudio señala que existe una correlación significativa entre una mayor actividad volcánica y la reducción en la extensión de los glaciares. El cambio climático causaría la desaparición de la cubierta helada de los volcanes. Y es precisamente el peso del hielo lo que mantendría comprimido al magma volcánico, impidiendo su movimiento y obturando los canales por los que podría salir hacia el exterior.
Otra de las terribles consecuencias del cambio climático es que ha aumentado también el campo de acción del mosquito del dengue en países como Brasil, México, Indonesia y Vietnam. Su capacidad de transmisión se ha incrementado en un 9,4% desde 1950 y el número de casos de dengue se ha duplicado cada década.
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1 Comentarios
Comentario de David Clemente
Publicado el 25 de enero de 2018
Increíble