Los cines abandonados se multiplican alrededor del mundo en una época en que la mayoría de espectadores prefieren los canales de streaming, donde se ofrecen películas y series para ser vistas en casa a través de la smart TV, el Ipad, el PC, el móvil, etc. Todo esto ha provocado que los cines abandonados estén en un proceso de transformación hacía bingos o discotecas, si no han sido derribados para construir un supermercado. Te mostramos algunos que se resisten a morir entre la indiferencia de los ciudadanos de a pie.
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El proyecto ‘After de Final Curtain’ del fotógrafo norteamericano Matt Lambros intenta recobrar del olvido y la negligencia los cines de EE.UU. En la ciudad de Springfield, Massachussets, Lambros se encontró con el cine Paramount Theatre. Este abrió el 29 de septiembre de 1929 exactamente un mes antes del ‘Black Tuesday’, el día en que comenzó la gran crisis. En su apertura tocó la sinfónica de Nueva York y luego se estrenaron varias películas famosas pero en 1969 fue clausurado por falta de financiamiento. En los años siguientes tuvo varios utilizaciones como espacio de creación o Night Club. El teatro fue agregado al Registro Nacional de Lugares Históricos en 1979.
Otro de los cines abandonados, descubierto por Lambros, que aún se mantiene de pie en EE.UU se construyó en 1925 bajo la atenta mirada de Sam Warner, dueño de la Warner Brothers. Este convenció a sus hermanos de gastar U$1 millón de la época (U$17 millones al día de hoy) para diseñar y construir el cine Warner Pacific Theater, ubicado en Los Angeles, California. Luego el local se cerró en los años setenta debido a un daño estructural. Aunque a partir de 2002 el Centro de Tecnología de Entretenimiento lo utilizó en 2006 para probar la nueva tecnología de proyección digital. Finalmente el teatro fue alquilado por la Iglesia de Ecclesia Hollywood hasta julio de 2013. Actualmente sigue abandonado.
En Worcester, Massachussets, Lambros dio con The Paris Cinema. Si bien abrió como Capitol Theatre el 11 de diciembre de 1926 con 2.500 asientos, con un techo abovedado azul, y paredes laterales que parecen una villa española, ahora está a la espera de ser demolido. En los sesenta estrenó «Bonnie and Clyde» protagonizada por Warren Beatty y Faye Dunaway, y el «Planeta de los simios», protagonizada por Charlton Heston. Durante los años setenta, el París se transformó en un centro de películas para adultos.
Lambros siguió con su búsqueda de cines abandonados y encontró el Teatro Logan en Filadelfia, Pensilvania. Este se inauguró en 1924. El costo de su construcción fue de U$1 millón. Si lo llevamos a la actualidad habría costado U$15 millones. El teatro tiene 1.894 asientos. Al edificio se le ha reparado varias veces el techo, pintado el interior y actualizado parte del cableado. Muchas veces se ha planteado abrir de nuevo el teatro para acoger música en vivo y un restaurante. Sin embargo, el edificio permanece cerrado hasta el día de hoy.
En el barrio madrileño de Prosperidad hay un cine abandonado que es todo un clásico: El Royal. Este cerró a finales de los noventas para convertirse en un bingo. Desde el año 2000 se especula que se transformará en un supermercado pero todavía aguanta el paso del tiempo. Lo más seguro es que el edificio se convierta en un inmueble de 35 viviendas de lujo, 2.500 metros cuadrados de uso comercial y oficinas.
Esta historia es muy loca. Hace unos 20 años un francés, enamorado del celuloide, contruyó en Egipto una sala de cine. Todo bien hasta ahí. El problema es que lo hizo en medio del desierto del Sinaí. Cuando el empresario tuvo que volver a París para buscar más financiamiento y seguir con su locura, el gobierno egipcio detuvo el proyecto y no le dejó entrar de vuelta. Las butacas fueron compradas a unos cines abandonados y la pantalla fue puesta arriba de un tractor. Se le llama el ‘Cine del Fin del Mundo’ y nunca ha podido estrenar ni una película pero quedó como un lindo sueño a punto de nacer. El fotógrafo y músico estonio Kaupo Kikkas lo descubrió en un paseo al sur del desierto de Sinaí.
Libano también tiene una amplia infraestructura de cines. Entre todos destaca el Picadilly Theatre, abandonado en la Rue Hamra, Líbano. Durante los años sesenta y setenta era un lugar importante para conciertos, musicales y obras de teatro. El cine cerró a mediados de la década de ochentas, poco después del comienzo de la guerra civil que se extendió entre 1975 y 1990. El fotógrafo Stephan Zaubitzer, un enamorado de los cines, lo encontró en su paso por Beirut.
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Entre los últimos cines de barrio, El Mariví de la calle Cartagena de Madrid, aguantó de pie hasta el pasado mes de septiembre. Un supermercado alemán compró el terreno y derribó el clásico cine. Desde su apertura en 1958 ofrecía programas dobles a diez pesetas y se mantuvo así hasta 1980. Luego funcionó como Bingo Sala América hasta 2008, año en que cerró definitivamente. En sus bajos estaba la sala de baile ‘Carnaval’ donde asistían adultos mayores a darlo todo con sus mejores galas.
¿Conoces más cines abandonados? Coméntanos donde se encuentran.
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