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La llegada del invierno no sólo implica el uso de abrigos y bufandas. El cambio de estación cambia por completo el aspecto de la naturaleza y de algunas ciudades, ofreciendo estampas muy sugestivas. Estos son algunos de los paisajes que cambian radicalmente en invierno.
Es considerado es uno de los lugares más bonitos de Eslovenia. Localizado a solo 45 minutos de Ljubljana, es un lago glaciar incrustado en los Alpes Julianos, a 475 metros de altura. En el centro del lago está la única isla natural de Eslovenia, que ofrece una preciosa postal invernal. Es uno de los paisajes que cambian en invierno y que vale la pena visitar.
Es la más impactante de las 77 cascadas que se encuentran en la garganta del río Columbia, en el estado de Oregón. Solo tres cataratas de los Estados Unidos son más altas, pero ninguna más espectacular. En los meses invernales esta catarata es especialmente impresionante porque se queda congelada. Es otro de los paisajes que cambian en invierno y que merecen un viaje.
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No hay viajero o turista que no se pasee por el Central Park durante su estancia en la Gran Manzana. Celebrado por decenas de películas, este parque es un lugar icónico para neoyorquinos y foráneos. En invierno es muy sugestivo y se suele llenar de patinadores sobre hielo.
El invierno convierte al Tirol en uno de los paisajes más bellos del mundo. Sus casas de madera y sus iglesias típicas son aún más pintorescas cuando están cubiertas de blanco. En esta región merece la pena pasar por Seefeld, un pueblo a unos 17 kilómetros al noroeste de Innsbruck, en el que se encuentra una conocida estación de esquí. Es otro de los paisajes que cambian en invierno.
En esta región la nieve es la verdadera protagonista de los bosques durante gran parte del año. En los meses más fríos el paisaje adquiere su aspecto más auténtico. Es interesante conocer Ruka, la estación de esquí más importante del país, localizada a 25 km. de Kuusamo. Es sin dudas uno de los paisajes que más cambian en invierno.
Este volcán es también la cima más alta del país, con sus 3.776 metros de altitud. Su cono está nevado todo el año. Si en primavera el paisaje es conocido por sus cerezos en flor, en invierno el Monte Fuji es particularmente hermoso, cuando sus lagos y cascadas se quedan cubiertos de nieve.
Es otro de los paisajes que más cambian en invierno. Este parque tiene fama de ser el más grande de los Alpes. Muy conocidas son las cataratas de Krimml y la carretera panorámica del Grossglockner. En los meses más fríos ofrece una imagen de postal, cuando la nieve cubre sus paisajes de alta montaña.
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