“¡Marineros de agua dulce!”, suele gritar el Capitán Haddock, curtido marino él, a los maleantes de turno en los cómics de Tintín. Pero, afortunadamente, hoy en día hay muy buenas razones para no tomarse por el lado despectivo semejante piropo. Subirse a bordo de una embarcación para recorrer ríos, canales, deltas o albuferas proporciona excelentes experiencias turísticas: desde recorrer parques naturales alejados de todo hasta surcar las aguas de un estuario para terminar comiendo ostras y champán.
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Siete cruceros fluviales sumamente tentadores en la península Ibérica para viajeros de agua dulce…
01 Arribes del Duero
SALAMANCA Y ZAMORA
A bordo de un navío-aula de la Estación Biológica Internacional, el parque natural de los Arribes del Duero (Salamanca y Zamora) propone un instructivo crucero fluvial surcando el gran río con partida y regreso desde la ciudad portuguesa de Miranda de Douro. La travesía recorre un espectacular tramo hacia el llamado Corazón de los Arribes, al pie de espectaculares acantilados y con degustación de vinos de Oporto y exhibición de aves a bordo (el parque se extiende por una Zona de Especial Protección de Aves: águila real y perdicera, cigüeña negra, alimoche, halcón peregrino…). El barco, que cumple escrupulosamente con las medidas conservacionistas del parque, cuenta con grandes cristaleras para que el pasaje pueda contemplarlo todo cómoda y relajadamente. Se pueden consultar fechas disponibles y reservar en esta web.
02 Ría de Nervión
BILBAO
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Una perspectiva diferente para admirar la magnífica transformación urbana que ha vivido la capital vizcaína en los últimos quince años. Bilbao se modernizó y se limpió, las aguas de la Ría incluidas, desde las que se puede contemplar el flamante museo Guggenheim, de Frank Gehry, epicentro de todo el proceso. La compañía Billboats realiza rutas fluviales de diferente duración por el centro de la ciudad (1 hora) o hasta la desembocadura y su flamante puente colgante (2 horas).
03 Canal de Castilla
VALLADOLID Y PALENCIA
Inconcluso y de dudosa funcionalidad como vía comercial de mercancías construida entre los siglos XVIII y XIX para unir las capitales castellanas con el puerto de Santander, el Canal de Castilla ha envejecido mejor como ruta turístico-fluvial. Desde Medina de Rioseco (Valladolid) y Palencia parte dos de sus ramales que, tras unirse en la triple esclusa de Calahorra de Ribas, continúan por el ramal norte hasta Alar del Rey (Palencia), donde se detuvo la construcción. La llegada del ferrocarril truncó el porvenir del canal, aunque en la actualidad resulta una delicia contemplar las arboladas riberas del ramal de Campos, entre Calahorra y Medina de Rioseco, a bordo de una coqueta dársena bautizada en honor del ideólogo del Canal de Castilla, Antonio de Ulloa.
04 Delta del Ebro
TARRAGONA
Este gran estuario propone un crucero que mezcla agua dulce y corrientes saladas con el particular paisaje del parque natural del Delta del Ebro como telón de fondo: salinas, humedales, pequeñas barcas de pesca tradicional, flamencos rosas, atardeceres brutales… Entre las propuestas cruceristas que lo recorren se encuentra la Ruta de las Mejilloneras, que desde Sant Carles de la Rápita, al sur del delta, propone una travesía en golondrina hasta una de estas muscleras –la Caseta del Parrillo– para una degustación de ostras y champán en plena bahía de los Alfaques. Se acerca, por cierto, la mejor época para ello, cuando las ostras alcanzan su máximo de sabor y carne.
05 La Albufera
VALENCIA
En el parque natural de la Albufera (Valencia) todavía se cultiva arroz y se pesca como antaño, pero los usos tradicionales conviven con los nuevos, como las rutas turístico-pedagógicas de Alalbufera, que permiten desde recorrer en barca sus canales y recovecos hasta conocer las leyendas mitológicas con monstruo incluido, al estilo lago Ness (que las tiene). Se trata, sobre todo, de que el viajero respire y entre en contacto con este paraje especial y de su cultura propia.
06 Río Guadalquivir
DE SEVILLA A CÁDIZ
Sevilla, desde el barco, también es una maravilla. Y no solo la capital hipalense, ya que los cruceros por el Guadalquivir que parten desde el puerto de las Delicias navegan por el cauce andaluz hasta Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), en rutas de hasta siete noches a bordo de un crucero tres estrellas que bordea el parque nacional de Doñana (no se olviden los prismáticos). Las travesías de Croisi Europe (también de tres o cinco noches) incluyen visitas guiadas tanto en Sevilla como en otras ciudades aledañas al recorrido, como Jerez y sus bodegas, El Puerto de Santamaría o la propia capital gaditana.
07 Río Tejo
LISBOA
No es un crucero de España, sin embargo la a última de todas es una travesía sencilla entre la terminal lisboeta de Cais do Sodré y el viejo muelle de Cacilhas, frente a la capital portuguesa, a bordo de un ferry de línea sin mayores misterios. Un recorrido breve que regala, desde el agua, excelentes vistas del puente 25 de abril y, al fondo, el encuentro del río Tajo (Tejo por aquí) con el océano Atlántico. Al llegar, queda caminar por el viejo muelle en dirección a la desembocadura y, después del paseo, sentarse a la mesa de dos de los restaurantes con mejores vistas de Lisboa: Ponto final y Atira-te ao Rio. Buen provecho.
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