No siempre viajar equivale a felicidad y a buenas experiencias. A veces pueden aparecer trastornos mentales tanto durante el viaje como a la vuelta. Estos son los síndromes del viajero más raros que podrías padecer durante tus vacaciones.
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Es un trastorno psicológico transitorio que puede aquejar a viajeros que visitan la capital de Francia cuando están de vacaciones. Está caracterizado por síntomas psiquiátricos como alucinaciones, sentimientos de persecución y una aguda desilusión. Quien padece este síndrome tiene la percepción de ser víctima de algún perjuicio, agresión u hostilidad de los demás. También pueden darse despersonalización, ansiedad y otras manifestaciones psicosomáticas como mareos, taquicardia y aumento de la sudoración. Es uno de los síndromes raros del viajero.
Es una enfermedad psíquica que afecta a personas que viven o visitan Jerusalén. Se presenta como una psicosis y puede causar delirio. Los afectados llegan a identificarse por completo con algún personaje de la Biblia, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento. La caracterización como personajes bíblicos suele ir acompañada por prédicas públicas. Los afectados pueden pasearse vestidos de túnicas o sábanas. Es sin duda uno de los síndromes del viajero más raros.
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También conocida como síndrome de Stendhal o estrés del viajero, es una enfermedad psicosomática que causa aceleración del ritmo cardiaco, vértigo, confusión, temblor, palpitaciones e incluso alucinaciones. Los síntomas aparecen cuando un viajero entra en contacto con obras de arte particularmente bellas o en gran cantidad. Además de una enfermedad psicosomática, el síndrome de Stendhal se usa para definir el goce artístico que algunos sienten delante de mucha belleza.
Afecta a los viajeros incansables que al volver a casa experimentan el llamado choque cultural inverso. Quien padece este síndrome relata la sensación de no pertenecer a ningún lugar, de que siempre le falta algo. También siente una especie de ansiedad ante la certeza de que ya no hay vuelta atrás. La tónica general es que le viajero eterno siente que no es ni de aquí, ni de allá. Es otro de los síndromes del viajero que te pueden angustiar al volver de las vacaciones.
Ocurre cuando vas a un lugar que te promete relajación, paz y solemnidad, como es la India. Sin embargo, la realidad es muy diferente de tus expectativas. La India está llena de megalópolis hiper pobladas. Su caos permanente y su higiene precaria decepcionan a más de un viajero, que acaba sintiendo cólera, enojo e incluso puede tener crisis nerviosas.
Los turistas afectados por este curioso síndrome se impregnan de cierta melancolía, que puede empujarles a arrojarse a uno de los canales de la ciudad desde la ventana del hotel o el puente Rialto para acabar con su vida. Estudios muestran que las solteros mayores de 40 años sufren graves episodios de depresión que les puede conducir al suicidio. Es el más inquietante de los síndromes del viajero.
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